Sin duda el percance más grave de este domingo fue el vivido en Las Ventas por el diestro madrileño Francisco José Espada. El torero de Fuenlabrada resultó cogido de forma feísima por el quinto toro de Robert Margé en una tarde donde los astados venidos de tierras francesas tomaban antigüedad en la primera plaza del mundo.
Todo ocurrió cuando el animal lo prendió en las manoletinas de cierre y pudo herirlo hasta en tres ocasiones, siendo llevado rápidamente hasta la enfermería para ser operado por el equipo médico. Un torero que ya había dejado gran sabor de boca con el primero de su lote, un astado con el que estuvo asentado y firme, pero que falló a espadas. Con el quinto, toro del percance, había dejado los momentos más compactos de la tarde con una faena bien estructurada donde se le vio fresco de mente y muy decidido.
Una vez finalizada la operación se publicó un parte médico que estremecía con solo leerlo firmado por Dor. García Padrós / García Leirado: «Herida por asta de toro en cara lateral del tercio medio del muslo derecho, con dos trayectorias, una ascendente de 15 cm. que produce destrozos en músculo vasto externo y otra de 20 cm. hacia atrás que alcanza la cara posterior del fémur. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de Las Ventas, siendo trasladado a la Clínica Fraternidad Muprespa Habana. Pronóstico grave».
Máximo García Padrós: «El orificio por fuera es pequeño, como todas las cornadas, pero luego los desgarros son grandes»
Horas más tarde, el propio Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas, atendía a los compañeros del programa taurino El Toril para hablar sobre el percance del torero madrileño: «Se le trasladó a la Clínica La Fraternidad para seguir su evolución. Hay que esperar. La herida es bastante amplia por dentro. El orificio por fuera es pequeño, como todas las cornadas, pero luego los desgarros son grandes. Afortunadamente, no tiene heridas vasculares».
Un percance muy aparatoso el sufrido por el espada de Fuenlabrada, según relataba el propio García Padrós: «La voltereta que le ha dado hay que verla despacio. Ha sido muy fea y luego lo ha vuelto a levantar. Tenía un golpe en el mentón, pero no tenía herida y no sangraba prácticamente por ahí. Es una lesión de las múltiples que hay, pero si no actúas sobre ella, es una herida sucia que se contamina y puede derivar en infecciones«”.«.
Un Francisco José Espada que únicamente había trenzado el paseíllo dos tardes en lo que llevábamos de temporada. La primera fue en la plaza de toros madrileña de Villa del Prado durante la Copa Chenel, una tarde donde estoqueó toros de Pablo Mayoral y Monte la Ermita. Para la segunda tendría que esperar más de dos meses. Fue en la Monumental de Las Ventas en pleno San Isidro, en un festejo donde rozó el triunfo, dando finalmente una vuelta al ruedo con la corrida de Algarra. Una actuación que le valió la repetición del pasado domingo.