La historia de los toros bravos se escribe muchas veces con sangre, la sangre de una lucha fratricida entre los líderes de la camada; para ello el ganadero cordobés Ricardo Gallardo ideó un utensilio para evitar que los animales se mataran entre ellos durante las peleas. Todo comenzó como una prueba; con los años se fue mejorando esta práctica hasta llegar a una época donde está implementada en prácticamente en todas las ganaderías, tanto a un lado como a otro del charco.
La solución a estas bajas en los animales de saca vino dada por el citado ganadero cordobés. Allá por los primeros años del siglo XXI, ideó una forma de recubrir los pitones con una tela fibrosa, con el tiempo se fue perfeccionando hasta colocar un casquillo en la punta que dejara respirar el pitón y ver la longitud final de este. El mundo del toro, siempre tan reacio a los cambios, no vio que esta fórmula les solucionara la papeleta.
Sus defensores argumentaban que era necesario para evitar un número importante de bajas, amén de evitar que el pitón no se pusiera romo, es decir, no se desgastara con el roce. Muchos animales se rascan en el suelo y erosionan el pitón, perdiendo esta longitud; sin embargo, los que no lo ven claro argumentan que para poner las fundas hay que meter al toro en un cajón, manipularlo y estar bregando con él, algo que no les viene nada bien posteriormente en su lidia.
Pero hay otra corriente de ganaderos que optan por enfundar un número determinado de animales, es decir, no lo hacen con la camada entera y sí con esos astados más serios, los destinados a plazas de mayor envergadura, siendo estos los que mayor precio alcanzan en el mercado. Las corridas más pobres de cara o con destino a plazas de menor fuste no son enfundadas en algunas ganaderías, al ser la baja de un toro para un festejo de este tipo un problema más fácilmente subsanable para un ganadero que otro con destino a la primera plaza del mundo.
Las ganaderías que no tienen fundas
Ganaderías tan conocidas en el mundo del toro como Victorino Martín, Cuadri, Prieto de la Cal, Murube, Dolores Aguirre, Adelaida Rodríguez o Juan Luis Fraile son algunos de los hierros históricos que no enfundan sus toros bravos en la actualidad, amén de otros de menor celebridad como Ignacio Frías que tampoco usan fundas en el manejo de sus animales bravos… La mayoría de los ganaderos argumentan que las fundas sirven para evitar bajas cuando los animales se pelean; sin embargo, estas ganaderías son reticentes a ellas, pero,¿por qué lo hacen?
Si de evitar peleas se trata, hay ganaderías como la gaditana de Ana Romero, que ideó un plan para evitar dichos enfrentamientos: esto consistía en separar en cercados pequeños a sus animales, teniendo un máximo de tres animales por cerca. Otras con toros de «sangre caliente» tienen comprobado que se estropean más sus animales cuando los metes en los corrales que en el día a día de la ganadería. Como se suele decir, “cada maestrillo tiene su librillo”, decidiendo cada ganadero en función de sus animales y del resultado probado, si las fundas benefician más que perjudican o, por el contrario, dan más dolores de cabeza de los que quitan.
