No hay torero con mayor torería en el escalafón que el sevillano José Antonio Morante de la Puebla. Tampoco hay torero al que le guste más rescatar las suertes añejas que al genio nacido a las orillas del Río Guadalquivir. A José Antonio le encanta resucitar antiguas suertes del toreo, esas que luego lleva a la plaza para sorprender a todos y cada uno de los aficionados que lo ven desde un tendido. Pero Morante también tiene otras muchas cosas que lo hacen único.
A José Antonoio le encanta desempolvar detalles de otra época, adorno que entusiasman a su legión de seguidores, esos que están siempre atentos al atuendo que lleve ese día el cigarrero. Color del terno o medias, montera, chorreras largas o cortas, capote de paseo o las vueltas de éste cuando toca recibir al animal. Los detalles son pocos para saciar a esos partidarios que buscan reminiscencias del pasado en este genuino espada sevillano.
Pero este torero tiene historias que el aficionado guardará por siempre en su memoria. El viernes de Feria de 2019 Morante de la Puebla trenzaba el paseíllo en La Maestranza junto a Roca Rey y Pablo Aguado en una tarde que sería histórica. El diestro de La Puebla del Río. Como es habitual, llevaba un pañuelo de seda blanco en el lado derecho de su chaquetilla, pero lo relevante no era eso, sino lo que hizo al final de faena.
Cuando la faena al castaño de Jandilla languidecía, Morante cogió dicho pañuelo de su chaquetilla y acarició el testuz del toro, como el grandioso torero al que tanto admira y del que estudia cada detalle, Joselito el Gallo. Un adorno que también practicaba otro reconocido espada como Cúchares, como recordó en las redes sociales Javier Carabias, aficionado que va publicando imágenes de lo que ocurre en el ruedo a través de su cuenta de Twitter.
Una imagen que dio la vuelta a las redes sociales y hasta de la que se hicieron eco ciertos animalistas, los cuales aprovecharon ese momento para arrimar el ascua a su sardina. Pero no fueron los únicos que comentaron dicha imagen, otro de ellos fue Fernando Segura, quien escribió las siguientes líneas: «En Morante nos fijamos principalmente en su arte, pero es uno de los toreros más valientes del escalafón, y quizás el más estudioso de la tauromaquia».
Un pañuelo que sirve de adorno y que llevaban toreros en otras épocas: «Hay algunos que si lo han llevado, sobre todo los antiguos. Creo que a partir de los 70 empezaron a verse menos, pero antiguamente era muy normal que se llevaran, de hecho están en unos pequeños bolsillos de la chaquetilla«, comentó un seguidor del diestro cigarrero.