Hay fincas de ganado bravo en nuestro país que son auténticas joyas desconocidas por el aficionado, y la siguiente —ubicada en el entorno granadino de Sierra Nevada— es una de ellas. A 1.700 metros de altitud, en un paisaje singular, al lado de altas montañas, encontramos la vacada de Castillo de la Reina, un hierro de nuevo cuño que se encuentra en la localidad de Lanteira, en la comarca del Marquesado, a los pies de uno de los puntos más icónicos de Andalucía.
Es una ganadería que cada año se ve cubierta por un manto blanco de nieve que ayuda a que el ganado gana en fortaleza debido a las bajas temperaturas. Por todo ello, el programa Toros para Todos se fue hasta las faldas de Sierra Nevada para conocer de primera mano esta ganadería tan particular. Es una de las pocas ganaderías de bravo en la provincia de Granada, la cual se formó con vacas y sementales de Torrehandilla procedencia Jandilla.
El territorio marca: las gélidas temperaturas, el frío helador, las nieves… pero también el agua del deshielo hacen de esta finca un lugar único. Sin duda, es una vuelta de tuerca que traslada los ciclos de las parideras, el momento de dar a luz, y se dilata también el tiempo necesario para que el animal se convierta en toro al cumplir los cuatro años, algo que en esa casa aún no ocurre al lidiar únicamente festejos menores.
En invierno las temperaturas bajan hasta los -10º, de ahí que su ganadero tenga que estar muy atento para que los animales tengan acceso al agua. Unas gélidas temperaturas que hacen que los bebederos se congelen, de ahí que cada mañana se tenga que ir a revisarlos para que los animales tengan acceso a ellos. Pero existe otro problema relacionado con el frío, para poder sobrellevarlo, el ganado bravo se mueve constantemente por la noche, buscando la zona donde está la paja, un paraje donde encuentran ese abrigo tan necesario cuando todo a su alrededor es nieve. Si duermen, se congelan.
Por lo tanto, aquí la paja es fundamental cuando hace mucho frío, ya que le sirve de sustento tanto para la alimentación como para evitar dormir sobre la nieve. La paja es fibra y les da calor, le llena el estómago, comiendo en invierno más que en cualquier época del año. Pero si hay algo más importante que la paja, eso es el agua, algo que afortunadamente no falta en esta zona. Eso sí, cada mañana hay que romper los bloques de hielo que se forman en los bebederos para que los animales puedan beber, de no hacerlo correría serio peligro su vida.