Es el poeta hecho canción. Admirador y gran amigo de José Tomás, Joaquín Sabina aprovecha cada ocasión en la que el diestro de Galapagar torea y su agenda se lo permite para acudir a verlo. Y si algo hace grande a Joaquín Sabina es, sin duda, su sinceridad; no esconde nada, habla lo que piensa y no tiene reparos en el qué dirán que puede corromper su filosofía de vida. Por eso es un genio. Y por eso no calla lo que otros se guardan: le gustan los toros y lo dice, pero sobre todo lo canta.
Y si hay una intervención breve pero concisa que el cantante jiennense realizó ante un micrófono sobre la tauromaquia, ésta acaeció el día que su también amigo Alejandro Talavante confirmaba alternativa en la Monumental Plaza de toros México al lado de otro torero artista, Octavio García El Payo. «A mí me encanta México -comenzaba diciendo Sabina a la periodista-, me encanta la Monumental y me encanta este cartel. Vi debutar en Madrid a El Payo y soy amigo y admirador de Talavante», confesaba Sabina.
La periodista incidió en que su carrera es grande y la comparaba con el éxito que alcanzaban los toreros que estaban en ese cartel, algo a lo que Sabina intentó restar importancia: «Nosotros no nos jugamos la vida, pero a veces dejamos la carne en el asador. Yo de niño nunca soñé ser cantante, yo soñé ser torero«, sentenciaba el cantante. Y ahí dejó una perla hecha verdad y un genial argumento por el que el toreo es más arte si cabe. Junto al «No vayan a los toros si no quieren pero dejen de tocarnos los c…» que pronunció cuando se prohibieron las corridas en Barcelona, la mejor frase de Sabina para defender el Arte de Cúchares.
«Preguntadle a mi mujer. Por las noches nunca sueño que canto, sueño que toreo»
En el año 2013, la Unión de Clubs Taurinos Franceses Paul Ricard premió dentro del Espacio Arte Taurino Tour de Madrid a Sabina por la difusión a la Fiesta de los toros. «Es el primer premio que recojo a mi pasión por los toros. Para mí es un honor. Y si no preguntadle a mi mujer: por las noches nunca sueño que canto, sueño que toreo», dijo en la recogida del premio. «Yo soy cantante por cobardía, yo quería ser torero«, añadió el cantante.
Un traje de purísima y oro de José Tomás en su casa en honor a su canción
Otra de las joyas que Joaquín Sabina guarda en su hogar es traje de purísima y oro que José Tomás le regaló. Fue con el que salió a hombros de Madrid la tarde en la que cortó cuatro orejas. «Cuando cumplí sesenta años vino un señor y me trajo esto. Es un traje de luces de José Tomás manchado de sangre el día de las cuatro orejas en Madrid, tarde en la que salió a hombros. Y tiene que ver con una canción que se llama Purísima y Oro«, indicó el propio Sabina en una entrevista a La Sexta.
Sus tres canciones más taurinas
Sin duda, sus tres canciones más taurinas son Más de cien mentiras, de su disco Esta boca es mía, donde hay palabras significativas que hacen alusión al matador Curro Romero. 19 días y 500 noches también tiene partes en las que habla en la jerga del toreo y, por último, y como culmen de sus referencias al mundo del toro, se encuentra De purísima y oro, que incluye unos versos dedicados al matador Manuel Rodríguez Manolete.
De hecho, el propio Sabina reconoció durante el pasado confinamiento que «no es la canción que tengo que cantar en cada concierto y que corea el público, pero sí es mi favorita por el modo de describir los años de la posguerra, por hablar de esa figura mítica que fue Manolete y sobre todo de Lupe Sino, su novia con la que no se pudo casar y a la que no dejaron ni entrar a la habitación cuando se estaba muriendo», reconoce el maestro.
Estos son los versos taurinos de la canción:
Niño, sube a la suite dos anisetes
Que, hoy, vamos a perder los alamares
De purísima y oro, Manolete
Cuadra al toro, en la plaza de Linares
Otro de los versos de la canción de Sabina habla de «un anillo y unas medias de cristal». Para el cantautor de Úbeda, «en ese verso está resumido todo porque un anillo y unas medias de cristal era lo que soñaban las señoritas de entonces«, las medias de cristal porque había una gran escasez y el anillo porque significaba que se iban a casar.