EFEMÉRIDES

El ‘lío’ que José Tomás montó en Pamplona con un toro de Cebada Gago: así ocurrió todo


viernes 14 julio, 2023

Este jueves se cumplieron 27 años del primer paseíllo como matador de toros de José Tomás en la Monumental plaza de toros de Pamplona.

José Tomás Cebada Gago
Un toro de Cebada Gago en los Corrales del Gas y, a la derecha, José Tomás. © Luis Sánchez Olmedo

El siguiente hecho ocurrió el 13 de julio de 1996, hace 27 años. Era la penúltima de abono en la Monumental de Pamplona, y una de las figuras del momento se caía del cartel. Se trataba del colombiano César Rincón, un torero que había conseguido salir del ostracismo y llegar a lo más alto gracias a sus triunfos en la primera plaza del mundo. La MECA tenía un problema, no era fácil dar con un torero que cerrase la vía de agua dejada por el diestro colombiano.

Pese a ser uno de los carteles más rematados de la Feria, se optó por llamar a un torero que ya de novillero había causado una gran impresión y que casi dos meses antes había dejado un gran sabor de boca el día de su confirmación de alternativa en Madrid. Se trataba de José Tomás, un torero de rostro aniñado que en diciembre del 95 había tomado la alternativa nada más y nada menos que en la Monumental Plaza de Toros México.

A algunos le sorprendió su inclusión, más si cabe al quedarse fuera de Pamplona tras la oreja cortada a un toro de Criado Holgado en Las Ventas allá por el mes de mayo. Un joven matador de toros que ya sabía lo que era triunfar en plazas de relevancia, sin ir más lejos, tenía como novillero una Puerta Grande de Madrid, así como triunfos importantes en Valencia, Algeciras, Córdoba, Bayona, Huesca o Sevilla.

Fue una cita -esta de Pamplona- importante para el de Galapagar, un espada que mostró sus armas en una tarde donde estaban anunciados el ya mencionado César Rincón junto al sevillano Emilio Muñoz y el cacereño Juan Mora ante los toros de la divisa gaditana de Cebada Gago. Una tarde donde el joven diestro se llevó el gato al agua pese a fallar con la espada la faena más rotunda de la penúltima de abono.

Una tarde en la que el recordado Joaquín Vidal tituló su crónica de El País con la siguiente frase: ¡Al fin un torero!” Y la cual le sirvió para verse anunciado en plazas de primera categoría como Barcelona, Zaragoza o Valencia. Una temporada que le llevó al otro lado del charco para finalizar ese año del 96 y comenzar un 97 donde alcanzaría cotas aún mayores en su toreo en un año clave para su carrera.

Este festejo del 14 de julio causó un gran impacto entre los aficionados, una tarde de tres orejas que la espada dejó únicamente en una. “Causó impacto a José Tomás en Pamplona. Llegó a sustituir a César Rincón y dejó sello de torero valiente y de fuerte personalidad. Su vibrante faena al tercer toro de Cebada Gago le costó una voltereta, José Tomás se levantó casi sin mirarse y se arrimó sin importarle las dificultades de un lote áspero y con genio. Pudo cortar las dos orejas de este toro al que mató muy mal, recibió una fuerte evasión, pero se llevó la del sexto en el que también impresionó por su afán justo premio que valora su actuación en conjunto” comentaba Fernando Fernández Román en los micrófonos de Tendido Cero.