Hay historias del campo bravo que nunca dejarán de sorprendernos, y muchas de ellas tienen que ver con el rey de la Fiesta, un animal que nos ha enseñado que en la vida siempre hay que ir de frente. En multitud de ocasiones, esos que se hacen llamar animalistas son los que menos empatía muestran hacia una especie a la que en más de una ocasión le han deseado su extinción tras ver cómo su absurda propuesta de hacer zoos era poco más que una utopía.
Aquí los verdaderos protectores del toro bravo, y por ende del ecosistema de la zona, son los ganaderos, esos que se juegan su patrimonio, su salud y el tiempo con su familia para dedicarse en cuerpo y alma a un sueño que muchas veces no llega a realizarse. Por eso ver el homenaje que Javier Núñez -ganadero del hierro gaditano de La Palmosilla- le hace a uno de sus sementales estrella es de alabar. En el campo bravo cada animal que se gana la vida en el ruedo vive durante toda su vida como semental de la casa, aquí no importa que no sea un buen “raceador”, de ser así vivirá sin cubrir vacas, pero vivirá libre en la tierra que le vio nacer.
«Navegante», el toro que lidió a puerta cerrada José Tomás
En una de sus continuas publicaciones en redes sociales, Javier explicó la historia de “Navegante”, un toro que toreó a puerta cerrada José Tomás en la plaza de toros de Valdemorillo como preparación para su tarde en Jaén. Un toro hijo del 17 “Abandonado”, uno de los sementales estrella de la casa que murió este lunes. Fue un ejemplar que deja como legado 9 sementales, 66 hijos vivos y 48 vacas madres, más aquellos machos y hembras que nacerán a partir de octubre.
Entre todos ellos está el mencionado animal toreado por José Tomás, un astado con una bonita historia detrás que su ganadero quiso compartir con sus seguidores en redes sociales: «El 30 “Navegante” lo compró el maestro de cara a su preparación para la corrida de Jaén. Lo disfrutó tanto que cuando llegó la hora de matarlo le dijo a mi padre que no lo mataba, que un toro así no se podía morir. Tardaron más de tres horas en meterlo en los corrales. Volvió al campo. Y un día me di cuenta del nombre y se lo dije al maestro y me dijo “un Navegante, casi me quita la vida y yo se la he dado a otro navegante”. Historias bonitas».
Sin percatarse el ganadero de ello, José Tomás iba a torear a un “Navegante” como preparación para su cita de Jaén, un toro que por su clase, humillación y entrega se ganó la vida como nuevo semental. Evidentemente, únicamente compartía nombre con aquel astado que estuvo a punto de segarle la vida a un torero único, ese que, como dijo en su día Alejandro Talavante “coloca el cuerpo donde otros ponen la muleta”.
Curiosamente, como señalaba Javier Núñez, se llamaba igual que el toro que casi quita la vida a José Tomás hace más de una década en Aguascalientes…
El 30- navegante lo compró el maestro de cara a su preparación para la corrida de Jaén. Lo disfrutó tanto que cuando llegó la hora de matarlo le dijo a mi padre que no lo mataba, que un toro así no se podía morir. Tardaron más de tres horas en meterlo en los corrales. Volvió al…
— La_Palmosilla,Oficial (@palmosilla) June 5, 2023