Muchos son los matadores de toros y novilleros que intensifican las jornadas de tentadero antes de su aparición en plazas de relevancia. Si bien es cierto que hay un nutrido grupo de espadas que se encierra en el campo antes de citas claves, estas vienen más encaminadas a ponerse delante de los machos y no tanto de las hembras. Las embestidas de estos son más serias, lo hacen a otra velocidad, algo que ayuda a los diestros no perder ese ritmo de embestida.
Con las eralas todo es distinto, de ahí que se limite el número de hembras que se tientan en plena temporada. Dependiendo de la vacada se sueltan a la plaza animales de dos o tres años, cambiando ostensiblemente el volumen de los ejemplares que quiere tentar el ganadero en cuestión. Hierros como Victorino Martín o Cuadri tientan la mayoría de su camada con tres años, es decir, de eralas, al estar estas más formadas y tener una embestida más cercana al toro.
Cada hierro es un mundo, de ahí que no se pueda extrapolar aquello que se busca en una casa con el resto de explotaciones ganaderas. Gracias a la presencia en redes sociales de muchas ganaderías, podemos conocer las interioridades de las mismas. Una de ellas es la gaditana de La Palmosilla, una explotación ganadera situada en el término municipal de Tarifa, hierro que en los últimos años se ha asentado en plazas como Pamplona, amén de otras donde su presencia es fija.
Muchos son los espadas que son fieles a un proyecto ganadero sustentado en la clase, la entrega y la humillación. Tres patas de un banco donde la bravura es el motor de una casa que busca la armonía en las hechuras, amén de un toro que permita poder expresar aquello que llevan dentro los matadores y novilleros que se anuncian con los animales de casa. Uno de los toreros que tiene marcado en rojo esta vacada es el madrileño José Tomás, diestro que sigue toreando en el campo pese a no ponerse el traje de luces desde hace algunos años.
Como es norma en el torero de Galapagar, no quiere que se difundan imágenes de él toreando ni vídeos de su preparación en el campo y así se lo hace saber a los presentes. Varias de las ganaderías más importantes de nuestra piel de toro ya han tenido recientemente en su casa al diestro de Galapagar, quien muestra evidencias de estar muy preparado para compromisos futuros, pese a no haberse oficializado su vuelta a los ruedos. Torero que no quiere perderle la cara al toro, de ahí que siga preparándose en el campo por si se cierra alguna de las propuestas que tiene sobre la mesa.
Uno de los toreros que sueña con acartelarse junto al diestro afincado en la Costa del Sol es Andrés Roca Rey. Concretamente, fue Roberto Domínguez quien hizo público ese deseo hace un par de años en los micrófonos de Clarín: “Sería histórico ver algún día en el ruedo a José Tomás y Roca Rey juntos en el ruedo”, contestó: “Él quiere, pero entiendo que las circunstancias y las carreras no tienen nada que ver unas con otras”, acabó comentando el vallisoletano.
