Hablar de la figura de Julián López ‘El Juli’ no es novedad, tampoco sus triunfos en las principales ferias del orbe taurino. Por eso a los lectores no les puede resultar novedoso que hablemos de las bondades de un torero que ha batido casi todos los registros en el mundo del toro. Un espada que comenzó a buen nivel en Olivenza, lo refrendó en Castellón, mostró su solvencia y se quedó con la miel en los labios al suspenderse su tarde de Valencia.
Un torero que se prepara como el que más, un torero que no puede vivir sin torear; ya sea en el campo o en la plaza, y eso hace que cuando llegue a los compromisos de mayor responsabilidad no se achique. Eso se vio en dos plazas claves en su carrera. Tenía cerrados tres paseíllos en cinco días en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, podían parecer muchos a priori, pero se quedaron cortos tras tres días en los que dejó claro que aún le queda cuerda para rato. Victoriano del Río el lunes 2 de mayo, Garcigrande el miércoles 4 y Torrestrella el sábado 6 eran los hierros elegidos por el de Velilla para su vuelta a la Feria de Abril.
Cuando parecía que la nueva hornada de toreros encabezada por los Urdiales, De Justo, Luques, Ortegas, Aguados o Rufos iba a dejar en un plano secundario a las figuras que llevaban tirando del carro desde hace más de 20 años, El Juli levantó la mano para recordar que no iba a echarse a un lado, todo lo contrario. En un día de perros con la corrida de Victoriano dejó una faena para el recuerdo junto a la antigua enfermería, allí cuajó al ralentí a un astado al que le pasearía una oreja. Dos días después saldría a hombros por la Puerta del Príncipe convirtiéndose en el espada que más veces lo logra con un total de siete. En su último paseíllo con los Torrestrellas de D. Álvaro Domecq dio una lección de alturas y terrenos, de suavidad y conocimiento para meter en el canasto a un burraco del hierro gaditano que estaba cogido con pinzas. Tres tardes en las que se vieron varias versiones de un torero que parece no tener techo.
Pero luego vino Madrid y la corrida de La Quinta, una plaza que lo mira con lupa y a la que acabó convenciendo tras dos faena tan distintas como rotundas. La primera fue por la vía de la suavidad y el temple ante un toro de amexicanadas embestidas al que le cortó una oreja, mientras que a su segúndo; más complejo pero agradecido le realizó una labor de sapiencia, cabeza, bragueta y temple. Un toro que tenía un costoso inicio del muletazo pero cuando iba metido en las telas ralentizaba su embestida. Se le escaparon las dos orejas, Julián demostró que es humano, sus lagrimas así lo corroboraban.
Ahora tiene por delante un ramillete de festejos por distintas zonas de nuestra piel de toro. Madrid, Nimes, Granada, Algeciras, Castellón y Burgos son las plazas en las que está contratado Julián López ‘El Juli’ durante estos meses de mayo y junio. Ganaderías como Garcigrande, Victoriano del Río, Domingo Hernández, Santiago Domecq, Daniel Ruiz y El Capea serán los hierros elegidos para sus citas durante la primavera y el inicio del verano. Luego vendrá julio y con ella plazas de gran responsabilidad en las que el toreo de El Juli gana en enteros.
El Juli es el nombre propio del primer cuarto de la temporada, un torero que no ha reuhido acartelarse con esos toreros que estaban en boca de todos los aficionados. De Justo en Olivenza, Valencia y Arles, Rufo en Castellón y Sevilla o Aguado en Sevilla y Madrid. Un torero que sabe que en sus espaldas recae gran peso de la temporada, demostrando que quien quiera sentarse en la mesa de las figuras debe arrear como el que más y demostrar algo que el lleva haciendo desde hace casi 25 años.