El pasado domingo estuvo presente en los micrófonos del programa El Toril, de Onda Madrid, Rafael García Garrido, cabeza visible de Plaza 1 junto a Simón Casas, Los compañeros pusieron sobre la mesa diferentes temas relacionados con la gestión de la Plaza de toros de Las Ventas.
Uno de ellos tenía que ver con las obras de ésta: durante esta temporada muchos aficionados han publicado en redes sociales el mal estado de una plaza que por su carácter de BIC no puede ser reformada en muchas de sus partes. Esas obras corren a cargo de la Comunidad de Madrid, algo que aclaró el propio empresario.
«Respecto al tema de las obras no es tan fácil como se puede ver desde fuera», contestaba García Garrido. «Date cuenta que aquí nosotros somos simples inquilinos, los temas referentes a las sobras corren a cargo de nuestros arrendadores, por poner un símil que entiendan todos. Esta semana hay fijada una reunión para que nos cuenten los plazos de dichas obras».
Se le siguió cuestionado sobre esas obras, el estado de la plaza y los contactos con la CAM: «Aquí ya se hicieron obras que adaptaron la plaza. Las escaleras de acceso y evacuación era prioridad para poder celebrar festejos con la normativa actual. Ahora toca seguir trabajando y ponerse lo antes posible manos a la obra».
Una plaza que anda cogida con pinzas respecto a su solería, algo que según palabras del propio empresario «no puede dejarse pasar por más tiempo, la plaza debe arreglarse, es obvio que necesita reformas». Pero Garrido también ponía en solfa un tema: «Hacer una obra en un edifio BIC es muy complejo y complicado. Se necesita de un gran papeleo, sacar la obra a concurso… aquí no se puede tocar un azulejo sin una aprobación previa».
Asimismo, también aclaró otros temas, como el referente a la ausencia de la televisión en la Feria de Otoño en Las Ventas: «Movistar en este caso no estuvo acertada. Nos citaron días antes del comienzo y con los carteles en la calle. Nos llamaron para tomar un café como si fuéramos amigos, algo que no somos. Nos hicieron una oferta que a nuestro juicio resultaba ridícula, la cual le faltaba al respeto a la plaza y a su afición», defendió García Garrido.