LOS HOMBRES DE EL JULI

Luisma Lozano: el ejecutor del último acto de la leyenda de El Juli


viernes 29 septiembre, 2023

De perfil bajo y mano alta, ni ha ido nunca de ex torero, ni ha querido nunca saber más que nadie: lo ha dejado ser Julián

Luisma Lozano (1)
Luis Manuel Lozano en el callejón de Las Ventas © Luis Sánchez Olmedo

Hablar de Luis Manuel Lozano es hablar del más apoderado de la nutrida familia Lozano. Ha sido siempre quien ha acompañado a los toreros, quien los ha tratado y quien ha ejercido muchas veces de psicólogo y hasta de poli malo, por muy cara de buena gente que suela mostrar. Luisma es un profesional, y su carrera se encontró con la de El Juli cuando el de Velilla buscaba saber quién quería ser en aquel momento. Había bajado de peso, de masa muscular en las piernas, se había cambiado incluso físicamente para realizar el toreo que en aquel momento le nacía. Porque ese es Julián.

Y por allí apareció un Luis Manuel que había estabo muchos años mano a mano con Castella, defendiendo su imagen, su toreo y su categoría a las buenas y a las malas, pero sin una palabra por encima de otra. Era el hombre. Era la persona que no iba a influir en la capacidad artística de Julián ni en su manera de comprender el toreo. Era la persona que lo iba a escuchar, que lo iba a defender, que lo iba a poner en la categoría que él fuera ganándose con sus actuaciones. Iba a ser todo lo contrario de los que había tenido hasta entonces.

Por eso se amalgamaron tan pronto sus diferentes formas de entender el negocio: porque radicaban en una manera muy parecida de entender el concepto de la vida.

Luis Manuel ha sido el ejecutor perfecto del último acto de la carrera de El Juli: con él han llegado los triunfos más profundos y tal vez más importantes de Julián. El rabo en La México en una temporada que empezaba en España con sólo dos contratos firmados -por única vez en su vida- y ya en Olivenza demostraba que quería estar -y estaba- por encima del bien y del mal. Las Puertas del Príncipe de los últimos años, indulto incluido en el Baratillo. Las faenas truncadas en Madrid por unas causa u otras: la faena a Licenciado y aquella tarde de La Quinta en la que Madrid se rendía a sus pies aún sin cortar las orejas. Julián lloraba desconsolado en el burladero de matadores. Fue Luisma quien administró todo ese caudal. Y con él Julián ha sido feliz.

Hasta le deja heredero y legado, aunque Luisma, como buen profesional, no lo necesite en absoluto.