Mantecao, un becerro de la ganadería sevillana de Julio de la Puerta, nació un día frío de invierno dentro de las fechas navideñas de 2021 y se quedó solo tras la lamentable pérdida de su madre.
Rápidamente, fue recogido por los miembros de la ganadería para evitar que muriese de frío por las bajadas de temperatura que hay por las noches en la dehesa, debido a la falta del cobijo de la vaca madre. Además, al tener al becerro en el cortijo pueden alimentarle con el biberón fácilmente, consiguiendo prevenir que coja alguna enfermedad. Los ganaderos le crearon su propia casa –cercado y le pusieron varios bidones de agua y algo de paja complementar su dieta diaria.
El pasado mes de diciembre, cerca de Navidad, Mantecao ya tenía el año y se tenía que volver al campo con los sementales para comenzar a comer pienso para poco a poco convertirse en un novillo fuerte y sano. ‘Toros para Todos’ grabó al becerro bebiéndose su último biberón, el cual tardó en vaciar muy poco tiempo, demostrando cuánto le gusta tomar el biberón.
Tales son sus ganas por comer que el añojo se traslada en el coche de la finca mordiendo la tetina e intentando sacar aún alguna gota de leche. Al llegar con los sementales éstos extrañan al pequeño y no paran de mirarle.
Los animales tienen reacciones muy dispares y en este caso no había intención por conocerse por parte de ninguno, por lo que los vaqueros, el mayoral y los ganaderos tuvieron que intervenir encargándose de ir acercando los toros al becerro para que se vayan hermanando poco a poco. Los toros al no parar de observar a Mantecao, crearon cierta desconfianza en él, lo que provocó que reaccionara huyendo de ellos de un lado al otro del cercado.
Tras observar estos comportamientos y las diferentes reacciones de los animales, uno de los ganaderos intentó guiar al becerro hacia los toros acompañándolo con el caballo y la garrocha, cortándole el hueco de salida para que solo pudiera comenzar a andar hacia los toros, pero nada funcionaba aquel día. Lo único que quería el becerro era intentar volver a su casa y para ello cambiaba el rumbo continuamente evitando y esquivando al caballo. No todos los días se consiguen las cosas con la misma eficacia en el campo bravo ya que este animal es imprevisible.
Así que, finalmente, los ganaderos decidieron dejar correteando a Mantecao y a los sementales con el fin de que en algún momento al olerse se consigan conocer y así por fin llegar a hermanarse.