ENTREVISTA

Escribano arranca en Castellón: «Todos los toreros tienen su momento y el mío es ahora»


sábado 22 marzo, 2025

El torero de Gerena se anuncia en La Magdalena con un cartel de banderilleros “un cartel que nunca se debió perder, porque siempre te asegura el espectáculo”.

Manuel Escribano
Manuel Escribano antes de un paseíllo. © Eduardo Porcuna

Dos décadas después de tomar la alternativa en Aranjuez, Manuel Escribano se ha consolidado en las ferias. Y lo ha hecho como un torero solvente, completo y versátil. Contó primero con el reconocimiento de los aficionados y ahora son las empresas las que han terminado de dar al de Gerena la consideración que se ha ganado en el ruedo. De todo esto habla el torero con Cultoro la víspera de iniciar en Castellón una temporada que se adivina trascendental en su ya más que respetable trayectoria.

“Lo más importante es que empiezo en Castellón”, comienza explicado Manuel Escribano, “que arrancó pronto, en una feria que después de veintiún años como matador nunca he ido, y que lo hago en un cartel que se está intentando recuperar en las ferias, y que lo hago con una corrida importante, buena y de categoría”.

Escribano inicia el curso además en plenitud de facultades, después de la operación de menisco a la que ha sido sometido este invierno. Para un toreo que basa parte de su éxito en una envidiable preparación física, la puesta a punto resulta fundamental. “Mi rodilla está perfecta, he llevado a cabo una buena preparación, aunque estos últimos días con el agua no he podido ir mucho al campo, pero con las corridas que he toreado en América llego enchufado y llego bien”, asegura.

Manuel Escribano.
Manuel Escribano. © Eduardo Porcuna

Además, el sevillano se muestra especialmente ilusionado con el cartel en el que se anuncia en La Magdalena, una combinación de espadas banderilleros, otrora pilar y sustento de muchas ferias. “Es un cartel que siempre te asegura el espectáculo -admite- embista más o embista menos la corrida. Es un cartel que nunca se debió de perder y que lo hizo un poco por la falta de cuidado en el ganado. Ahora estamos tratando de respetar el toro, porque es imprescindible para que se dé el espectáculo que se tiene que dar en este tipo de festejos. El cartel de banderilleros es un bien para la fiesta, porque te asegura la emoción. Y quien va a la plaza se siente recompensado por los momentos vividos y el dinero que ha invertido”.

Además, tanto el propio Escribano, como sus compañeros de cartel (Ferrera y El Fandi) darán cuenta de una divisa señera como La Quinta, santo y seña de su encaste, y que además, como se vio el pasado miércoles en Valencia, da importancia y todo cuanto se le haga. Así lo corrobora el torero: “Es una ganadería muy buena, con sus matices, muy peculiar, como todo lo que viene del encaste Santa Coloma. Siempre tiene ese plus más de interés y de dificultad, pero es agradecida a todo lo que se le haga, sobre todo, si lo haces con verdad y pureza”.

SEVILLA Y MADRID

Escribano
Manuel Escribano en un paseíllo en La Maestranza. © Eduardo Porcuna

Además de con el compromiso de Castellón, Manuel Escribano se muestra Ilusionado con Sevilla y Madrid, “las dos ferias más importantes del mundo”, como él mismo las denomina, a las que acudirá con el rango y caché que se ha ganado en el ruedo. En La Maestranza además, siendo uno de los pilares del abono.

“He obtenido lo que siempre he pedido. Porque está muy bien que yo maté esas ganaderías de toros duras, pero buenas, tipo Victorino, Adolfo, Miura, que siempre es especial… La Quinta… que son con las que siempre se me ha relacionado y suelo matar en las ferias, pero a la vez estoy anunciado con otras ganaderías de otro tipo de encaste, de comportamiento totalmente distinto, de morfología distinta, como es en Sevilla la de Santiago Domecq y en Madrid la de Lagunajanda. Es lo que durante mucho tiempo he pedido, para demostrar que, sin perder la autoexigencia, matando estas ganaderías tan bravas y encastadas, igualmente exigentes, puedo enseñar las cualidades que tengo como matador de toros y lo que puedo llegar a conseguir”.

Por último está el reconocimiento. Ese que tardó en llegar pese a que el aficionado lo vio mucho antes que el sistema empresarial. El propio Escribano explica los motivos: “El empresariado al final tiene siempre sus intereses, es la parte más difícil y le cuesta un poquito más. El aficionado siempre me ha hecho saber su reconocimiento, y de ahí mi entrega total. Y mi deseo de seguir creciendo y de ser mejor torero. Cada tiene su momento, y mi momento está siendo ahora. Me siento feliz, me siento completo, hecho, y eso se demuestra delante de la cara del toro todos los días”.