Jesús pertenece a la juventud del campo bravo. Aunque su experiencia y su forma de hablar dictamina una gran madurez profesional sobre su trabajo del que siente gran pasión, no deja de ser parte de esa savia nueva que asegura un futuro prometedor a la cría del toro de lidia. Hace unos días nos atendió mientras realizaba las últimas faenas por la finca “El Palancar”, en la localidad salmantina de Pozos de Hinojo, donde pastan los toros de Domingo Hernández. Esta es su historia.
Jesús Bernal: «De pequeño iba en el autobús haciendo los deberes para luego poderme ir a coger becerros»
E: Buenas tardes Jesús, ¿cómo fueron tus inicios hasta ser mayoral?
Jesús: Mi padre era como mayoral en la ganadería de Santiago Martín “El Viti” y yo nací en la finca, fui mamando esta profesión desde pequeñito. Iba en el autobús haciendo los deberes para luego poderme ir a coger becerros. Me fui iniciando poco a poco y a raíz de que se jubiló mi padre comencé yo en Domingo Hernández, donde llevo como mayoral 3 años, aunque ayudaba antes a mi padre, desde el 2004 que comencé. Domingo me llevaba a alguna corrida antes de empezar a trabajar en la finca y luego la primera corrida a la que fui representando a la ganadería fue con 15 años. Domingo era un ganadero que no excluía a nadie y en las meriendas de después de los tentaderos se montaban tertulias, ahí se aprendía mucho.
Ahora estoy en Domingo Hernández, aunque antes de partirse la ganadería estaba en Garcigrande, pero me quedé aquí porque era donde yo vivía y al final es la misma casa ganadera.
E: ¿Qué es lo más importante para ti en tu trabajo?
Jesús: Ser coherente con lo que tienes en el pensamiento, tanto para el ganadero como para tu trabajo. Yo creo que es lo más importante saber trabajar bien y llevar las cosas en orden.
E: ¿Qué crees que es lo más necesario que tiene que tener un mayoral o un vaquero para ejercer esta profesión?
Jesús: Constancia, compañerismo y, sobre todo, afición al toro porque es muy sacrificado este trabajo y con la afición se compensa todo. Si te gusta tu profesión ayuda mucho porque no te importa ese sacrificio diario además que luego cuando no estás en ello te falta algo.
Yo valoro mucho en un vaquero que tenga conocimiento sobre el toro, porque lo demás se aprende, pero cuando estamos delante de los toros hay que saber lo que hay que hacer en “x” situaciones. Por ejemplo, cuando te hace hilo el toro saber que te tienes que ir para otro lado no a la querencia del toro, que alguna vez ha pasado y se han ido a favor de donde quiere ir el toro, y yo a veces paso miedo por ellos.
Es muy importante tener el apoyo de la familia también porque hay momentos de mucha presión, en las que te tiras noches sin dormir, como cuando vas a las plazas de primera y se te pegan los toros o hay fechas importantes y vas con todo con los animales. Más que nada porque el trabajo de todo el año está en juego en esos 4 o 5 días.
E: ¿Cómo es tu día a día?
Jesús: Mi padre me enseñó a que tengo que hacer de todo y la verdad que ahora ya se han mejorado mucho las instalaciones de las fincas y al echar de comer no tienes que coger tanto peso.
Por las mañanas echamos de comer a los toros y vamos mi compañero y yo. Luego, me subo a echarle a las vacas y a repasarlas, que hay unas 480, y si hay algún becerro lo acrotalo. Acabamos a medio día y luego dependiendo del día de la semana, corremos a los toros, tres días a la semana. Aunque luego pueden salir muchas cosas en un día, que, si se escapa una vaca o si algún toro tira alguna pared, cada día puede surgir una cosa.
«El toro que más me marcó fue ‘Hechicero’, le tengo incluso tatuado»
E: ¿Cómo es de importante el trabajo de los vaqueros y mayoral en conjunto como equipo?
Jesús: Con el ganadero tienen que hacer un equipo porque si no se palpa ese compañerismo… Es que este trabajo es de ayudarse mutuamente muchas veces. Es el pulmón de la ganadería, que luego los toros pueden embestir o no, pero es muy importante que vayamos todos en la misma dirección.
E: Los momentos que te han marcado y toros de los que tienes un buen recuerdo.
Jesús: El toro que más me marcó fue ‘Hechicero’, le tengo incluso tatuado, en el campo fue muy, pero que muy complicado. Nunca le hicimos de correr en el corredero y se quedaba echado. Alguna vez se arrancaba al caballo, pero nada se quedaba tumbado siempre. Se lidió en Bilbao y lo toreo Perera, yo creía que se iba a echar en la plaza, pero luego todo al contrario lucho como el que más. Y luego, hay otro que fue indultado por Finito de Córdoba en Córdoba, ‘Bondadoso’, a partir de ahí evoluciono la ganadería, fue un toro clave.
Lo que más me marca cada vez que voy a las plazas como mayoral es el vínculo que se crea con los otros mayorales.
«UMAVACAM, para mí, significa sobre todo unión»
E: ¿Que representa o significa para ti UMAVACAM y que valores representa la asociación?
Jesús: Para mí significa, sobre todo: unión. Para que vayamos todos en la misma dirección porque si cada uno lucha por su parte, no se llega a nada. Es que ahora está complicado lo que rodea a la ganadería y lo suyo es que paguen a todos en todos sitios, pero por lo menos debemos tener unión para sacar nuestro día a día. Luego también difunde nuestra profesión y ayuda a que sepa todo el mundo que es muy bonita.
Yo la verdad que admiro mucho a mis compañeros y tengo mis mayorales como si fueran mis familiares o amigos y con los que mantengo el contacto porque aprendo mucho de ellos y los considero muy buenos mayorales.
E: ¿Qué significado tiene para ti el ser mayoral?
Jesús: Al final el mayoral es la mano derecha del ganadero y el guía. Algunos ganaderos te dicen cómo tienes que manejar el ganado, pero a mí nunca me dicen nada, ni Domingo tampoco lo hacía, me dicen “como tú lo hagas está bien hecho”, confían en mí.
El mundo del toro me apasiona y ser mayoral me ha aportado mucho como persona, porque socializas con mucha gente al viajar tanto y a mí me ha servido para realizarme como persona y, además, he evolucionado en muchas facetas al conocer tantos lugares y personas ya que no tengo la oportunidad al encontrarme en la España vaciada. Además, que cuidar al animal que has visto crecer, te satisface mucho como mayoral.
E: Por último, Jesús, ¿qué sueño has cumplido y cual sueño te gustaría cumplir algún día?
Jesús: Mi sueño siempre ha sido trabajar en algo relacionado con el toro o el caballo, tampoco he experimentado mucho de las demás profesiones, pero es lo que más me ha atraído. Y algo que me gustaría que se cumpliera es poder tener mi propia ganadería, sería muy feliz.
El futuro del campo bravo salmantino, en especial de Domingo Hernández, está a buen recaudo bajo la responsabilidad de su mayoral, Jesús Bernal. Su pasión, constancia y trabajo tiene como consecuencia la buena cría de los animales de este hierro y así lleva demostrándose años en las plazas.