El sueño se ha cumplido. Morante de la Puebla ha salido hoy por la Puerta Grande de la plaza de toros de Pamplona, una gesta que se le había resistido durante años y que por fin se convierte en realidad en esta Feria del Toro 2025. El torero de La Puebla del Río, fiel a su carácter romántico y comprometido con los símbolos, había prometido que si lo conseguía se quedaría hasta el final de San Fermín, acompañando a los pamploneses en el tradicional «Pobre de mí» que despide las fiestas.
Durante años, Pamplona había sido uno de los escenarios donde Morante mantenía una cuenta pendiente. Hoy, esa historia ha cambiado: dos faenas de inspiración, temple y hondura le han abierto de par en par las puertas de la gloria en el coso navarro, una plaza que, si bien exigente, ha sabido entregarse al arte cuando aparece con verdad y personalidad.
Con esta salida a hombros, Morante no solo borra una espina histórica de su trayectoria, sino que reafirma su compromiso emocional con la ciudad y su feria. Tal como dijo en una entrevista a Noticias Navarra este miércoles, ahora que ha conseguido su objetivo, “no me voy de Pamplona hasta el final”.
A partir de ahora, además del recuerdo taurino, los sanfermines 2025 contarán (o deberán contar) con la figura de Morante entre sus asistentes más ilustres hasta que suenen los acordes del “Pobre de mí”.
En el contexto de una histórica temporada
Su campaña actual está siendo una de las más sólidas de toda su carrera. En Madrid cortó tres orejas en dos tardes, incluida su salida en hombros en la corrida de la Beneficencia; en Sevilla dejó su impronta en las cinco tardes que toreó, sumando tres trofeos; paseó un rabo tanto en Salamanca como en Jerez —donde actuó dos tardes— y ha cosechado importantes triunfos en plazas como Aranjuez, Granada, Toledo, León, Alicante o Estepona. Un 2025 en el que ha dejado huella en cada escenario que ha pisado.