GANADERÍA

Los ‘otros negocios’ de Ricardo Gallardo: la empresa de la que vive fuera del mundo del toro


jueves 30 marzo, 2023

Ricardo Gallardo, propietario del hierro de Fuente Ymbro, es un ganadero que llegó a ser lo que es hoy en día gracias a una gran simiente proveniente de Jandilla y a un músculo económico derivado del sector del mueble.

Ricardo Gallardo
Ricardo Gallardo, el pasado 26 de marzo en el callejón de Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Ricardo Gallardo es uno de esos apasionados del toro bravo, un personaje singular que gracias a su trabajo ha podido cumplir su sueño: torero frustrado, exitoso empresario del sector del mueble, ganadero de reses bravas… todo ello gracias a los pingues beneficios obtenidos con la madera. Este cordobés de 72 años ha conseguido llevar a grandes cotas a un hierro prestigioso y largamente premiado desde su creación antes del cambio de siglo.

Gallardo es un hombre que ha trabajado durante toda su vida para llegar a realizar ese sueño que tenía desde niño. Ricardo, exitoso empresario del sector del mueble, ha mantenido su cuartel general en la zona de Chiclana de la Frontera, un lugar cerca del mar y a tiro de piedra del sitio donde se siente realmente realizado. Sin duda, sin el sustento que ha dado, y le da, este sector, no hubiera sido lo que es hoy en día, un ganadero reconocido por toreros, prensa y aficionados.

Ser ganadero, en el estricto sentido de la palabra, lleva intrínseco el concepto de luchador, el de un hombre que se levanta cuando sale el sol y se acuesta cuando este se pone. Hoy en día son pocas las personas que pueden afrontar ese día a día, muchos de ellos compaginan su agenda para poder estar encima de la ganadería. Pero hay casas donde la confianza puesta en el mayoral es tal, que el ganadero puede delegar en él sin correr el más mínimo riesgo.

Ser criador de reses bravas, algo que debe complementarse con otros negocios paralelos

Fuente Ymbro
Ricardo Gallardo, saludando a Juan Leal antes de una corrida de Fuente Ymbro en Las Ventas el pasado San Isidro. © Luis Sánchez Olmedo

Ser criador de reses bravas nunca ha sido un negocio demasiado rentable si no se trata de un ganadero puntero que lidia prácticamente la totalidad de su camada en carteles de figuras. Ser criador de bravo va unido a un modelo de vida basado en la biodiversidad, la conservación del territorio y la pasión por un animal único. Evidentemente, para ser ganadero debe existir un contrapeso detrás que ayude a ponerlo en marcha y un colchón que te ayude a dar los primeros pasos.

Estas explotaciones tienen que arrojar cifras positivas, de ahí que muchos de ellos intenten diversificar sus ganaderías para sacarles un mayor rendimiento económico. Por ello, para seguir manteniendo el toro se han de buscar caminos paralelos que ayuden a contrarrestar esas posibles pérdidas. La ganadería brava siempre ha estado ligada a la agricultura; los ganaderos, grandes conocedores de estos temas, tienen perfectamente estudiada la potencialidad de sus explotaciones. Y éste también es el caso de Ricardo Gallardo.

Desde el último cuarto de siglo XX a esta parte ellos fueron abandonando las zonas más ricas en pasto, marisma, campiña… para irse a la sierra y aprovechar las otras explotaciones para su explotación agrícola, esas que le darían ese colchón necesario para poder equilibrar las cuentas al final de cada ejercicio. Pero para llevar a cabo todo esto se necesita una cartera lo suficientemente amplia, esa que te ayude para comprar tanto las fincas como el ganado que quieres introducir en ella.

Muchos son los ganaderos que heredaron las explotaciones, que han mamado desde chicos la crianza del toro bravo, no teniendo que invertir y empezar de cero. Este no es el caso de Ricardo Gallardo, este ganadero cordobés no proviene de una familia ganadera, por lo tanto, si quería llevar a cabo su sueño debía hacerlo cuando su economía se lo permitiese. Ahora, tras más de 25 años como ganadero, disfruta de lo conseguido, dedicándole prácticamente todo su tiempo a su ganadería.