En el día de ayer se vivió un encuentro especial entre dos toreros sevillanos a los que le une el hilo del toreo con Pepe Luis Vázquez. Un acto en el que Juan Ortega y Pablo Aguado se abrieron en canal para hablar del Sócrates de San Bernardo. Moderado por el periodista Álvaro Acevedo fueron navegando por el recuerdo de un torero genial. Se visionaron fotos de distintas suertes de la lidia así como un vídeo final en el que un Vázquez ya retirado tentaba en la casa Guardiola.
Ya más de media hora antes la gente se arremolinaba a las puertas de una Fundación Cajasol que vestía sus mejores galas para tal acto. Como si se tratara de una de esas tardes de día grande en la Maestranza, los aficionados esperaban para poder escuchar a dos toreros que horas antes ya conocían su encaje en el abono sevillano. Las dos últimas ilusiones del toreo sevillano versaban sobre la figura de un torero irrepetible.
Se homenajeaba a un torero que dejó huella, una escuela de donde han bebido dos toreros que ni siquiera lo vieron torear, pero que sin embargo han heredado ese estilo marcado por el torero de San Bernardo. No se habló en ningún momento de orejas ni puertas grandes, todo lo contrario. La charla fue encamindada hacia su forma de torear, su concepto, la armonía con la que hacía todo. «Para mí Pepe Luis ha sido el torero más profundo de todos esos Maestros que han seguido la linea marcada por la escuela sevillana» comentaba Juan Ortega. Por su parte Aguado lo enfocó todo a otro aspecto en el que muchos otros no se paran a pensar: «Fue un torero con una gracia y una naturalidad fuera de toda duda, pero lo que más admiro es su cabeza. Siempre supo que hacer en cada momento, conocía los toros a la perfección».
Es obvio que existe un hilo conductor entre el toreo de Pepe Luis y el de Ortega y Aguado. La verdadera autenticidad de la Fiesta estriba en su emoción, y en que hay tantas emociones como tipos de toreros. Todos esos toreros que tienen el miedo siempre presente, el cual pasa de ser tu enemigo a ser tu amigo si saber sobreponerte a el: «Para torear bien hay que tener miedo, uno tiene que saber convivir con el» comentó Aguado.
Continuaron hablando del Sócrates de San Bernardo. Ortega preguntado por las virtudes del torero sevillano volvió a destacar otra de gran importancia: «Yo pienso que en el toreo todo tiene que tener su tiempo, el nos enseñó que el sentido de la medida es esencial, saber medir las faenas, pero para eso tienes que conocer al toro» comentó el torero sevillano. Ese sentido de la medida que han tomado como norma dos toreros que han insuflado un aire fresco a un escalafón muchas veces encorsetado.
«Fíjate si el toreo del Maestro es tan grande que te llega a emocionar incluso viendo una foto. Su colocación, la forma de coger los trastos, su figura asentada, la ausencia de brusquedad. Todo es un compendio de lo que tiene que ser el toreo. La difícil facilidad» comentó Aguado. En cada foto había multitud de detalles que comentar, daba igual que fuera un lance de capa, un muletazo a media altura o un desplante, todo era analizado minuciosamente. «Esa poderosa fragilidad» comentaba Acevedo sobre Pepe Luis, el cual dejó una comparativa que a todas luces se acerca mucho a lo que fue el genial torero de San Bernardo: «Como decía un buen amigo mío; Pepe Luis es la giralda vestida de luces».
Al acto prosiguió diseccionando el toreo del Maestro. «Pepe Luis no es nada más que armonía, es mucho más. Para torear de una forma tan natural hay que tener un gran valor, hay que dejarse llegar mucho los toros y engancharlos. Darle la oportunidad de que elija tu cuerpo o la muleta» comentaba Acevedo.«Ahora el toro te exige que lo enganches un poquito antes, muchas veces viene midiendo y necesita que lo traigas metido desde un principio» comentaba Aguado.
Se habló de su toreo a la verónica, de la forma de citar, pero hubo dos aspectos que llamaron mucho la atención y que explicó Ortega: «Coger el palillo como lo hacía el Maestro está al alcance de muy pocos. Torear cogiéndolo con las yemas y dibujar el muletazo es algo increíble, y más con los toros de aquella época. Hay que tener un gran valor ya que sientes la embestida en cada pase» También habló de los pases de pecho, de como el los siente: «Viendo la foto de Pepe Luis uno ya sabe como iba a ser el muletazo. Yo soy de la opinión que hay que barrer el lomo del toro con la muleta, sentirlo, irte con el animal. A mi los pases de pecho a la hombrera contraria no me llenan, me quedo con como los hacía el Maestro».
Todo tuvo un aroma a Vázquez, las conversaciones, la forma de analizar las fotografías, el tiempo de duración. Todo se cuidó con mimo para que el acto tuviera ese sentido de la medida tan necesario en estos tiempos. El próximo acto de este cenbtenario del Sócrates de San Bernando será el Jueves, día 17 de marzo, en la casa hermandad de San Bernardo: ‘Pepe Luis Vázquez, de San Bernardo a torero de leyenda‘, con la participación de los toreros y hermanos de San Bernardo Eduardo Dávila Miura y Manolo Vázquez.
Galería Rosalina Sedano y Fundación Cajasol