La tauromaquia es una tradición de gran arraigo en España, un espectáculo que sigue transmitiéndose de padres a hijos, aunque en muchos casos son los abuelos los que le meten el veneno de la tauromaquia a sus nietos. Tras comenzar tradicionalmente en España con los juegos de lanzas en los que los señores iban montados en sus cabalgaduras, posteriormente se abriría al pueblo con el toreo a pie. Las corridas de toros como espectáculo moderno a pie, tuvieron su origen en España a finales del siglo XVIII.
Una evolución que se fue dando con el tiempo y que también fue ganando arraigo en Francia y Portugal, países vecinos que abrazaron esta cultura tan arraigada en España. Pero no fue únicamente en estos países europeos y algunas de sus colonias donde el toreo entró con fuerza, también en México, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela, cinco países americanos donde siempre estuvo presente tanto la lengua como la cultura española, amén de abrazar la religión católica.
Una tradición arraigada en el pueblo con la que no pudieron acabar Reyes como Alfonso X el Sabio o Isabel la Católica, amén de papas de la importancia de Pío V, el cual divulgó en 1567 una bula que lo convirtió en el primer prohibicionista, no tomándola en consideración y haciendo la vista gorda el Rey Felipe II para no enfrentarse con los nobles y caballeros que si veían con buenos ojos esos juegos caballerescos con los toros o Gregorio XIII.
Esta tradición tan particular ha venido sufriendo a lo largo de su historia con intentos de prohibición que acabaron en nada por el arraigo que tenía en el pueblo. Con el paso de los años y la llegada del toreo moderno en el que el hombre y no el caballero era el que se ponía delante de los animales, se empezaron construir plazas de toros, dejando a un lado las plazas centrales de los pueblos y las ciudades.
El toreo se hizo accesible a todo tipo de públicos y bolsillos, teniendo la oportunidad de ir juntos a los toros, abuelos, padres e hijos. Esa transmisión de valores por la cultura taurina fue haciendo grandes aficionados que ayudaron a la evolución de la tauromaquia, esa en la que el toreo ya dejó de ser sobre las piernas para evolucionar de cara al que tenemos hoy en día. Se implementó el peto y se potenció la faena de muleta.
Desde hace años venimos viendo como la cantera de nuevos aficionados no está menguando sino que aumenta exponencialmente. Pese a vivir una corriente abolicionista y en contra de la fiesta, esta está resurgiendo tras una pandemia que estuvo a punto de darle una estocada mortal. Afortunadamente, esa afición inculcada por nuestros mayores está haciendo que se vuelvan a ver los tendidos llenos de niños con sus abuelos, esos que nunca dieron la espalda a la fiesta.
Una imagen clara de ello fue la publicada por Elena Salamanca en el día de ayer. En un tendido de la plaza de toros de Pamplona se podía ver a un nieto abrazado a su abuelo viendo una corrida de toros en la que estaban anunciados Emilio de Justo, Roca Rey y Tomás Rufo. Una fotografía entrañable acompañada del siguiente texto: “Contra esto, nada ni nadie”. Una publicación que sobrepasó las 70.000 reproducciones y que contó con 306 retweets, 27 citas, 1.594 me gusta y 6 elementos guardados.
Contra esto, nada ni nadie. 😍 pic.twitter.com/o7O0Vga50x
— Elena Salamanca (@Elena_Salamanca) July 13, 2023