Como decimos tantas veces, el campo bravo es una continua caja de sorpresas. El día a día en una explotación de bravo sorprende a propios y extraños. Los que conviven con estos animales a diario saben y valoran lo que supone estar junto a ellos, e incluso llegan a considerarlos uno más de la familia. Uno de los momentos más bellos que te puede regalar el campo es la época de paridera; ese es el momento de mayor grandeza de cuantos hay a lo largo del año.
Poco a poco, con esfuerzo y sacrificio, los sueños de los criadores de bravo se hacen realidad. Todo esto se produce nueve meses después de hacer los correspondientes lotes. Para muchos ganaderos el momento clave en una ganadería brava junto al tentadero. Saber encontrar un lote de vacas adecuado para ese animal en el que confías ciegamente es algo fundamental para que el proyecto continúe evolucionando.
Pero encontrar la vaca ideal para el toro indicado también es complicado al ser la genética caprichosa; la unión entre ambos debe dar ese animal que por reata irá a la plaza cuando esté desarrollado. Muchos ganaderos los meten de erales, otros esperan a que sean utreros, una decisión que irá en consonancia de la evolución de un animal que deberá pasar del verde al pienso para que pueda desarrollar toda su bravura en la plaza de tientas.
Pero uno nunca sabe dónde puede saltar la sorpresa y ésta se dio en la casa de Aurelio Hernando; allí una vaca dio a luz a dos becerras gemelas, todo un acontecimiento que pocas veces suele darle en bravo. En este caso fueron dos animales del mismo sexo, las cuales se alimentaron perfectamente de las ubres de su madre. Bien es cierto que cuando se da un parto gemelar uno de los dos animales se desarrolla algo más, por ello es fundamental estar atentos y evitar que el segundo hermano se quede atrás respecto a su crecimiento.
Para no cargar demasiado a la madre, en alguna vacada se ha llegado a utilizar hasta una vaca suiza, ya que rara vez otra brava acepta a un animal que no es suyo. Con esto se consigue que ambas se desarrollen de una forma igualitaria. En casa de Aurelio Hernando ya disfrutan de estas dos nuevas becerritas de pelo jabonero, las cuales vienen de una reata importante de la casa. A finales del 2024 o en la primavera del 2025 tendrán la prueba del tentadero, esa que dictaminará si entran en el hato o tienen como destino el matadero.
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