REPORTAJE

El hombre que se ha enfrentado al 7: así es la historia de Roberto Domínguez, un genio en la plaza y en los despachos


miércoles 21 junio, 2023

Un hombre polifacético donde los haya, ya que a su etapa como torero hay que sumarle la de ganadero, comentarista en televisión y apoderado.

Roberto Domínguez
Roberto Domínguez. © Luis Sánchez Olmedo

Si hace unos días hablábamos de la figura de José Antonio Campuzano como gran apoderado, hoy toca hablar de Roberto Domínguez, matador de toros vallisoletano que ha tenido siempre muy clara su idea de apoderado independiente. Un gran conocedor del toro y su comportamiento en la plaza, no en vano estuvo 20 años como matador de toros. Tras tomar la alternativa el 20 de agosto de 1972 en Palma de Mallorca, acabó retirándose de los ruedos en 1992, siendo su tío Fernando Domínguez, también matador de toros, el que le enseñara a torear y con quien dio los primeros pasos en la profesión.

Un hombre polifacético donde los haya, ya que a su etapa como novillero y matador de toros, hay que unirle la de ganadero con la divisa de Valterrazo, comentarista taurino junto Fernando Fernández Román en TVE y VÍA DIGITAL y la de apoderado, llevando en solitario las carreras del madrileño Julián López ‘El Juli’, primero, y actualmente del limeño Andrés Roca Rey, dos indiscutibles figuras del toreo.

Roberto alcanzó el pasado año los 50 años de alternativa, unas bodas de oro de un espada componente de esa gloriosa baraja castellana compartida con El Niño de la Capea y Julio Robles, dos toreros de gran importancia tanto en Salamanca como en el resto del panorama taurino. Un torero clásico de corte muy castellano que no encontró su sitio hasta bien avanzada su carrera. Tras una primera etapa comprendida entre 1972 y 1982, así como una segunda que fue de 1987 hasta 1992, la más prolífica de su carrera donde consiguió triunfos importantes en Valladolid, Pamplona, Madrid…

En esta segunda etapa acabó ganándose un sitio de honor en los mejores carteles y convirtiéndose en un torero imprescindible en las ferias de España, Francia y América. En lo más alto, reconocido y con el sello de figura, decide retirarse definitivamente el doce de octubre de 1992 en la Monumental plaza de toros de Las Ventas. Únicamente volvería a trenzar el paseíllo en Valladolid, fue en mayo de 1999 en el festival homenaje a su tío Fernando.

Durante 11 años (2003-2014) fue el apoderado de una de las máximas figuras del toreo, un Julián López ‘El Juli’ que ya desde becerrista se le veía madera de torero grande. Una pareja que se fraguó en la cumbre y que mandó con autoridad en los despachos. Un apoderado que siempre fue fiel consigo mismo y su forma de concevir este mundo, el cual le inculcó a un Julián que consiguió evolucionar como torero junto a él, cosechando triunfos muy importantes como su Puerta Grande en Madrid en 2007 con la corrida de Victoriano del Río, una en Bilbao durante la temporada de 2012 ante toros de El Pilar o tres Puertas del Príncipe en Sevilla durante los años 2010, 2011 y 2013 con los encierros de El Ventorrillo y Garcigrande (2), amén de salidas a hombros en cosos como Pamplona, Zaragoza, Valencia o Barcelona.

Roberto Dominguez Juli
Roberto Domínguez saludando a El Juli hace unos días en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Tras romper en septiembre de 2020 Ramón Valencia, José Antonio Campuzano y Casa Toreros, Andrés Roca Rey estuvo un tiempo deshojando la margarita hasta dar con el apoderado ideal para llevar su carrera. Se trataba de Roberto Domínguez, uno de los apoderados más importantes del siglo XXI tras llevar la carrera de El Juli durante once años. Roca apostaba así por un hombre firme en los despachos y que le podía hacer evolucionar en su toreo.

Este 2023 ha comenzado su tercera temporada junto a él en un año en el que Andrés está marcando un paso muy firme en su carrera con triunfos tan sonados como la Puerta Grande de Arlés o la del Príncipe en Sevilla. En 2022 también descerrajó puertas grandes de plazas de primera como la de Madrid, Bilbao, San Sebastián, Málaga, Valencia o Pamplona, cosos donde pocos pudieron seguirle el ritmo.

Roberto, hombre recto y duro en los despachos, también es un personaje algo controvertido, un torero que no tiene pelos en la lengua y que defiende a capa y espada a sus toreros. Hombre Vehemente en sus convicciones, algo que se puede corroborar con en las entrevistas realizadas durante todos estos años. Un hombre que el fiel a los suyos, el cual nunca abandona el barco y se hunde con ellos si hace falta. Roberto, pese a su semblante calmado y su voz pasada, también tiene sus momentos viscerales, esos en los que saca la cara por los suyos aunque puedan partírsela.

Algo así ocurrió en la pasada corrida ‘In Mmoriam’ celebrada en Las Ventas, un festejo especial que servía para homenajear la figura de José Cubero ‘Yiyo’. La tarde ya empezó torcida cuando en el paseíllo un número de espectadores reventó el minuto de silencio con varios “Viva España”, cuando lo que tocaba era respetar la figura del torero y su minuto de silencio. Después la tarde entró en un clima de crispación con la figura de Roca Rey en el centro del huracán debido a un gesto que no gustó a la afición y que acabó de una manera poco edificaste por parte de todos con insultos, improperios y gestos que no tocaban.