Hace diez días Pontevedra recuperó su tradicional becerrada de Peñas con un ambiente extraordinario y los tendidos del coso de San Roque poblados en una gran cantidad. Una jornada de hermanamiento entre peñas en la que varios aficionados cumplieron el sueño de torear en su plaza. La ciudad fue una fiesta con un invitado de excepción como Tomás Rufo al que han adoptado como propio.
Pontevedra vive los toros con inmensa pasión valorando y saboreando cada festejo que pueden presenciar sabedores de la lejanía de cualquier otro espectáculo taurino y con el orgullo de ser los custodios de una tradición histórica amenazada por la sinrazón política. En Pontevedra se sigue adorando a los toreros como cuentan las crónicas se hacía antaño y son venerados como auténticos ídolos tal y como pudo comprobar César Rincón con el llenazo en su charla taurina junto a Zabala de la Serna.
Quién pisa Pontevedra comprueba rápido que es una ciudad especial donde el toreo refleja los valores de siempre y la afición vive con la pasión que hace eterna la tauromaquia. A un mes del comienzo de La Peregrina la expectación está por las nubes con dos carteles de relumbrón como siempre ha tenido una de las paradas ineludibles del calendario taurino nacional.