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Perera habla sobre cómo se está preparando para reaparecer de luces su suegro, El Niño de la Capea: «Es como si fuera a lidiar 50 corridas»


domingo 13 febrero, 2022

Miguel Ángel Perera habló hace unos días, en una entrevista concedida a Cultoro, sobre cómo está siendo la preparación de su suegro, El Niño de la Capea, para reaparecer de luces por un día para celebrar su medio siglo de alternativa.

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El Niño Capea, en México. © Óskar Ruizesparza

Pedro Gutiérrez Moya ‘El Niño de la Capea‘ es una de las figuras del toreo más importantes que ha dado la historia. Signo y seña de la tauromaquia en Salamanca, su clasicismo y garra hicieron que se convirtiese en uno de los pilares del escalafón del último tercio del pasado siglo en nuestro país y que ahora quiere volver por un día a los ruedos al lado de su hijo El Capea y su yerno Miguel Ángel Perera con motivo de su medio siglo de alternativa.

Se trata de un espada por el que parece que no pasan los años, porque a sus casi 70 de edad sigue dando cátedra de su toreo allá por donde va. Un diestro que no es capaz de abatir ese gusanillo que le corre por el cuerpo: el toreo es su vida y mientras pueda no lo va a dejar salir, y una vez retirado de los ruedos siempre ha buscado poder saciar su sed toreando alguna corrida suelta, festival o en el campo.

El Niño de la Capea fue torero consentido en México y allí lo vimos hace poco torear con sumo temple a un novillo de la ganadería de su buen amigo Juan Pablo Corona. Se le vio más delgado, con las capacidades intactas, y con un sentido del temple que no ha perdido con los años. Ya sonaban ecos de una posible vuelta por un día junto a su hijo y a su yerno. En México volvió a revivir esos momentos que lo hicieron ser uno de los toreros más reconocidos en tierras aztecas, ¿se llevará acabo ese festejo con el que se cerraría el circulo en los ruedos del genial torero salmantino?

Perera, sobre El Niño de la Capea: «Tengo miedo, porque no dejan de ser 69 años»

Hace unos días nuestro director, Marco Antonio Hierro, mantuvo una distendida charla con el propio Perera en la que se habló de su temporada, de su concepto del toreo, de la evolución de las ganaderías… y salió a la palestra ese rumor que poco a poco va cogiendo más fuerza: «Tengo una sensación entre miedo e ilusión, no sé al final que decidirá porque aún no tomó la decisión, pero claro si él no fuera mi suegro pues nada más que me haría ilusión, pero siendo lo que es también tengo miedo, porque no dejan de ser 69 años«, comenzaba diciendo Perera sobre el asunto.

Un torero que pese a ir acercándose a los 70 años sigue en una forma envidiable. Pedro Guitérrez Moya sigue dejando claro que la edad es tan solo un número: «Él no es un hombre que salga mucho, es comedido en ese sentido, pero de vez en cuando sale con el capote a colocar una vaca o con la muleta a pegarle una tanda y la verdad que es asombroso. Se le ve con una agilidad, con una soltura… que yo muchas veces pienso que cómo es capaz de hacerlo».

«Se va a preparar como si fuera a lidiar 50 corridas de toros»

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El Niño de la Capea preparándose. © Óskar Ruizesparza

Perera se mostraba cercano y nos hablaba de su suegro con una admiración enorme, sabiendo lo que ha sido en el toreo, y cómo, al igual que el buen vino, iba ganado con los años. La capacidad del salmantino es enorme: «Te puedo decir que yo estos años lo he visto, incluso el año que íbamos a torear el festival en Medina toreó muchísimo, y yo la verdad que como con el novillo que cuajó el otro día en México no lo he visto nunca. Fue impresionante, de ponerte los pelos de punta. Te puedo decir que está muy mentalizado y con las ideas muy claras, y ahora como el diga que vamos hacia adelante se va a preparar como si fuera a lidiar 50 corridas de toros».

El veneno del toreo siempre lo lleva uno dentro, su periplo por México, tierra que lo admira y que el lo adora le hizo disfrutar de eso que durante tantos años vivió en primera persona. Este país tiene algo especial, te atrapa, te engulle y no te deja escapar, por eso Pedro es tan feliz allí: «En México ha estado como un chaval, todo el día tentando y disfrutando de los que se ha ganado. Es una tierra maravillosa que mi suegro adora».

«Para mí sería un sueño cumplido»

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El Niño de la Capea, en Juan Pablo Corona. © Óskar Ruizesparza

Tener la oportunidad de hacer el paseillo con un torero al que admiras y que encima pertenece a tu familia es un sueño cumplido para Miguel Ángel, un torero que tras transitar camino de los 20 años de alternativa y que ahora puede tener una oportunidad con la que soñó desde chico: «Qué te voy a decir, para mí sería un sueño cumplido. Ilusión toda, privilegio el que más. Torear con mi suegro de luces es algo especial que por suerte puedo vivir si el decide a dar el paso. Conozco de su boca que torear conmigo y con Pedro es algo que le motiva, que no quiere desaprovechar».

Para Miguel Ángel poder aprender se su suegro es algo impagable. El sentido de la medias, las alturas, los terrenos…: «Yo lo que más admiro son sus conocimientos, sale con una vaca y es que la torea con las muñecas, las lleva andado, y eso no es condición física, eso es la intuición para saber que hacer en cada momento. A mi me pasa muchas veces con las vacas, siempre me ha costado mucho más con el capote que con la muleta, y yo veo a mi suegro que sale le pega un lance y la deja colocada sin apenas esfuerzo», concluye Perera sobre su suegro, El Niño de la Capea.