El campo bravo siempre entraña historias realmente mágicas, como la de Quique Rivas, el niño que soñaba ser como Florencio Fernández «Florito» -mayoral de la plaza de toros de Las Ventas- y ha llegado a serlo, pero en una vacada como la de Hermanos Sandoval.
Quique, aficionado a los toros y caballos desde pequeño y natural de Madrid, ahora está entregado a su trabajo como mayoral en este hierro -en dominio de Rafael, Juan Diego y Mario Sandoval-. La ganadería está ubicada en la dehesa El Jaral de la Mira (Guadarrama) y este mayoral se ha sumado al proyecto de los tres hermanos, que en los años anteriores han ampliado la ganadería con reses de Garcigrande y Domingo Hernández.
«Cuando me preguntaban, ¿qué quieres ser de mayor? Yo decía quiero ser como Florito y trabajar y andar con los bueyes y los toros»
E: Buenas tardes, Quique, ¿cómo surgió en ti el querer ser mayoral?
Quique: Decidí ser mayoral, yo creo que de pequeño, porque siempre he estado vinculado al mundo del toro. Me metió un poco en ello mi abuelo que ha sido 40 años abonado de Las Ventas y mi padre. Cuando iba con ellos a los toros lo que más me gustaba no era en sí el ver a los toreros, sino que lo que más me gustaba era ver a Florito con los bueyes. Cuando me preguntaban, ¿qué quieres ser de mayor? Yo decía quiero ser como Florito y trabajar y andar con los bueyes y los toros.
E: ¿Cómo fueron tus inicios y cuáles han sido las ganaderías en las que has trabajado?
Quique: Yo no vengo de familia de mayorales, pero decidí intentarlo. Siempre he oído, al ser yo de Madrid, que hay que montar muy bien a caballo y empecé por ahí a formarme con los caballos. Montaba caballos a particulares y luego di un salto a montar caballos en ganaderías en Colmenar Viejo y me fui familiarizando con el ganado bravo. Luego, hablé con un ganadero de Guadalajara, con Carlos Carpintero y empecé como mayoral con él donde estuve dos años. Después, me fui a Aurelio Hernando durante dos años, también, y ahora llevo un año con Hermanos Sandoval. Les estoy muy agradecido por darme la oportunidad de aprender junto a ellos.
E: ¿Qué es lo más importante para ti en tu trabajo?
Quique: Estar muy pendiente de los animales que no tengan ningún pajizo, ninguna cojera, que todos coman y estén bien. En el manejo hay que hacer las cosas con suavidad, sin voces y sin carreras para que sea más fácil trabajar con ellos con el tiempo.
E: ¿Qué crees que es lo más necesario que tiene que tener un mayoral y/o un vaquero para ejercer esta profesión?
Quique: Hay que amar al toro y pensar en el toro. Dicen “para ser torero tienes que pensar en torero”, pues yo digo que para ser mayoral tienes que pensar en mayoral, no tener horas. Yo siempre digo que tienes que trabar y considerarlo como si fuera tuyo, para lo bueno y para lo malo.
E: ¿Cómo debe ser el trabajo conjunto de mayorales y vaqueros?
Quique: No tiene que haber distinción, trabajar todos a una. Si hay que sacar cuadras se hace entre todos, lo único malo que el mayoral se lleva es la responsabilidad y si pasa algo es el que da la cara en todo momento.
E: ¿Cómo es tu día a día?
Quique: Un día normal me levanto y lo primero que hago es echar de comer, repasar y acrotalar si hay algún becerro. Luego cojo el caballo y me voy a repasar a los erales, novillos, utreros y toros. A la que vas dando una vuelta los das un poco de doma y los vas pasando por puertas y los mueves de un lado a otro para que se hagan al manejo. Por la tarde, se da otra vuelta para que esté todo bien y si hay algo por arreglar se hace como reparar algún portillo, romper el hielo de las bañeras ahora en invierno para que puedan beber y repasar si han comido.
E: ¿Cuáles han sido los momentos que te han marcado más en tu vida como mayoral y los toros que más guardas en tu memoria con buen recuerdo?
Quique: Los momentos más importantes fueron el día que fui a Las Ventas como mayoral con Aurelio Hernando y cuando me vestí de corto con Florito, que fue ese mismo día. Verte ahí con la ilusión que tenía desde pequeño y vestirme con él y los días anteriores haber ido a repasar los toros y echarlos de comer con él… . Es una cosa que te viene de atrás, es como si a algún niño que le gusta mucho el fútbol comparte vestuario al cambiarse con Messi o Ronaldo, para mí fue algo parecido.
Luego, los toros importantes han sido, un novillo de Carlos Carpintero que le dieron la vuelta al ruedo en Guadalajara y salí a saludar por primera vez como mayoral. Y el año pasado hubo un toro nº4 que tenía mucha complicidad con él en el campo y que luego en la plaza salió muy bueno, le cortó las dos orejas Diego Ventura en Teruel, además, se cortaron cinco orejas en la corrida.
«UMAVACAM es un punto de unión e inflexión»
E: Como amante de tu trabajo, ¿qué representa para ti UMAVACAM y que valores crees que representa esta asociación?
Quique: UMAVACAM es un punto de unión e inflexión. Tenemos un grupo en la junta directiva que junto con la abogada miran mucho por nosotros, antes no se miraba por los mayorales y nos costaba mucho poder cobrar. Ahora, te sientes respaldado a la hora de que un empresario no te quiere pagar, tú vas, te firma el Delegado gubernativo y el mismo empresario, en cuanto la abogada le manda un burofax, en unos días cobras tu dinero.
Y luego, compartir con tus compañeros qué es mejor para la cura de los toros, la alimentación, es muy importante porque nos ayudamos mutuamente y, al final, también haces amigos dentro del grupo.
E: Por último, Quique, ¿qué sueño has cumplido y cual sueño te gustaría cumplir algún día?
Quique: Para mí es un sueño hecho realidad, siempre he querido ser mayoral. No me cambio por nadie, mi día a día tiene momentos buenos o malos, pero es la vida que quiero vivir. Los oigo todas las noches desde casa y estoy 24 horas con ellos y es para mí la felicidad de mi vida, no concibo mi vida sin ser mayoral.
Me gustaría que se cumpliera el proyecto que tenemos en la ganadería de Sandoval, es un proyecto muy bonito, se están haciendo muchos esfuerzos y me encantaría que esta ganadería triunfara. Son personas que me tratan muy bien y se lo merecen todo, son muy buenos aficionados y están haciendo grandes esfuerzos por conseguir lo que quieren. Más sueño que ese… si a mi ganadero le va bien, a mí me va bien. Para mí, a todos los animales los tratos como si fueran míos y a la ganadería igual, solo quiero que vaya todo bien. Soy muy exigente conmigo mismo y con todo lo que hago porque creo que tiene que ser así, sino no hubiera llegado donde estoy. Me han dado esta oportunidad y estoy muy agradecido con los Sandoval.