Ayer jueves fue la fecha elegida por 7 televisión para tener en sus estudios a Ramón Valencia, cabeza visible de la empresa Pagés. El empresario manchego habló de varios temas relacionados con la temporada recién finalizada en el coso del Baratillo, así como de las líneas a seguir en 2024. Ramón Valencia suele ser un empresario conservador, es decir, mantiene prácticamente las bases ganaderas cada año, modificando como es lógico la composición de los carteles para que estos no resulten monótonos.
Para evitar esa citada monotonía y ver competencia directa en el ruedo se le preguntó por dos toreros que llevan más de un año sin verse las caras en una plaza de toros. Se trata del sevillano Daniel Luque y el limeño Andrés Roca Rey, dos espadas que por h o por b no consigue ningún empresario que se vean las caras en una plaza de toros. “No quiero estar con alguien irrespetuoso en un patio de cuadrillas cuando luego me voy a jugar la vida”, le comentaba el peruano a Rosario Pérez el pasado mes de mayo en ABC.
Unas declaraciones que fueron el detonante de miles de comentarios en redes sociales respecto al tema. “La verdad es que es algo de lo que no me gusta hablar. Me gusta la gente respetuosa. Es un torerazo al que no le pega nada estar faltando al respeto a los compañeros, y ahí me incluyo yo”, defendió en aquel momento Andrés. Roca Rey no se refería -con estas declaraciones- a rivalidades profesionales, sino a problemas personales entre los dos.
“A mí nadie me ha manifestado que un torero no quiera torear con otro”, respondía taxativamente el empresario manchego, el cual sí profundizó algo más sobre su forma de negociar cuando hay figuras del toreo por medio. “Sé los gustos de cada uno, los pros y los contras y las barajas las muevo yo. A mí nadie me ha manifestado que un torero no quiere torear con otro. Nadie es nadie. Los que están en primera línea sí dan opinión sobre el tercero; estas cosas hay que saberlas manejar”.
Por todo ello fue cuestionado Ramón valencia en el día de ayer, el cual tampoco quiso meterse en profundidad en un tema que atañe únicamente a los dos toreros implicados. El manchego se limitó a comunicar que nadie le ha frenado en ninguna negociación, algo que el aficionado cada vez cuestiona más al ver que siguen sin torear juntos. Lo único claro es que el pato, como de costumbre, lo paga una afición que no entiende como no se deja a un lado la soberbia y se dedican a aceptar a las distintas ofertas que han tenido, y a buen seguro tendrán, para torear juntos en una plaza de toros. ¿Será en Sevilla?