Estas últimas horas están siendo todo una montaña rusa de informaciones, salidas y entradas de toreros en carteles de la Feria de San Isidro que están provocando que el aficionado se muestre atónito y perplejo ante una situación nada agradable para esos diestros que estaban puestos en la Feria y que a última hora ven como tendrán que conformarse con volver a Madrid -como pronto- en el mes de junio. Unas últimas horas de llamadas, cruzadas y reuniones, de promesas y favores que han llevado a ciertos espadas a meter finalmente la cabeza en San Isidro.
«No eleven nada a definitivo» solía decir el admirado y querido José Antonio Sánchez Araujo, y así está siendo en la confección de carteles de una Feria que está siendo un dolor de cabeza para Plaza 1. Los socios y, a la vez, sus intereses, hacen que se exija la entrada de toreros en el serial, algo que hace mover las fichas y sacar de San Isidro a toreros que hasta media mañana se sabían con el puesto garantizado.
La entrada de tres toreros mexicanos hizo volar por los aires todo el organigrama que tenía cerrado la empresa; a Simón Casas no le quedó más remedio que decidir, apostando por los toreros venidos de América en contra de otros que quedaban fuera de la ecuación. Pero esto puede tener daños colaterales más allá de la entrada o salida de un torero determinado de la Feria. En este punto y hora uno de los dignificados sería Manuel Jesús ‘El Cid’, apoderado por Pedro Rodríguez Tamayo y Santiago Ellauri, este primero sorpresivamente socio de Simón Casas.
Ahora le tocará explicarle a su socio esta jugada que provocó la salida del de Salteras –no así de Lorenzo, al que Tamayo también apodera– en detrimento de un compatriota del otro de los socios de Simón, Pedro Haces, que jugó extraordinariamente sus cartas.
El aciago prólogo de temporada de El Cid
Manuel Jesús ‘El Cid’, tras anunciar su vuelta a los ruedos, soñaba con entrar en las primeras ferias del año, pero se ha quedado fuera. En Olivenza fue un cartel mixto el que le cerraba la primera puerta con la de Victorino; luego en Valencia, un giro inesperado de los acontecimientos hacía que Ureña -torero fundamental en la capital del Turia- doblase en el abono, siendo una de sus dos corridas un mano a mano con Luque, algo que dejaba fuera nuevamente al de Salteras.
Pero como no hay dos sin tres, ahora fue Madrid la que le daba la espalda a un torero que al menos se merecía estar presente una tarde en el abono. Es cierto que su vuelta sorprendió a propios y extraños, no tanto a los que le veían en su día a día, pero al menos merecía un hueco en Madrid. Un regreso algo amargo para un torero que se queda fuera de La Feria a última hora y sin poder de reacción.
Aquello que en un principio parecía ir encaminado a la corrida de Adolfo, algo lógico por entender perfectamente a los toros de este encaste, se tornó en un cambio hacia la corrida de Algarra, un hierro de plenas garantías que satisfacía las pretensiones del de Salteras. Conforme pasaron los días, incluso ciertas informaciones le hacían doblar en el abono abriendo cartel con los dos hierros antes mencionados, pero la historia a última hora de la mañana derivó en la salida del sevillano.
Ahora, si no cambia el planteamiento, de aquí a que Plaza 1 presente los carteles a la Comunidad de Madrid, El Cid tendrá que conformarse con estar en Sevilla durante el ciclo continuado, algo que no parece descartable, primero, por la buena sintonía reinante entre sus apoderados y la empresa -hay que recordar que uno es veedor de ésta y el otro fue hombre fuerte de Pagés durante años- y segundo por todo lo realizado en su carrera en el dorado alberto sevillano.