Si hay un hierro fundamental para entender la temporada taurina francesa ese es el de Pedraza de Yeltes, y si hay un nombre clave para entender esta ganadería charra -además de su propietario Luis Uranga– es el de José Ignacio Sánchez, matador de toros y responsable de la vacada. Creció entre el ganado bravo que siempre crio su familia, desarrolló una carrera triunfal como novillero y logró un gran ambiente que mantuvo después como matador de toros hasta que una grave lesión que le produjo un toro en la plaza de Salamanca le apartó de los ruedos. Sigue impartiendo lecciones de su tauromaquia como profesor de la Escuela Taurina de la Diputación Provincial, cargo que compagina con el de representante de la ganadería de Pedraza de Yeltes, y hoy nos citamos con él para que nos explique el devenir del hierro, que el pasado 2021 cumplió una década lidiando.
«En los momentos más complicados, el que sabe adaptarse y apretar los dientes sale más reforzado»
Salamanca es tierra de toros. En su provincia se le da cobijo a un gran número de ganaderías de lidia. El toro bravo es santo y seña de una zona que siente como suya cada animal bravo que vive en sus dehesas. En el término de Catraiz de Yeltes se encuentra la ganadería de Pedraza de Yeltes. Una divisa joven que aún no cumplió la mayoría de edad pero que en la actualidad se asentó como uno de los hierros con mayor futuro, primero del campo charro y luego de la piel de toro española. Es una ganadería de origen Aldeanueva vía El Pilar: los mimbres son muy buenos para hacer el cesto, y los resultados, hasta ahora, le avalan. 2021 se saldó con seis vueltas al ruedo: ‘Deslumbrante, ‘Holandero, ‘Burrecato’. ‘Sombrilla’, ‘Alambrisco’ y ‘Alambrisco’ ya forman parte de la historia de la joven vacada.
Nos atiende amablemente José Ignacio, la conversación fluye y la respuesta a la primera pregunta sale sin preguntarle. «Fíjate que con la que tenemos encima conseguimos escaparnos del chaparrón y lidiar prácticamente todos los toros. La temporada fue dura por la competencia que había, pero visto los resultados estamos muy contentos. Creo que fue una temporada importante, Dios aprieta pero no ahoga».
La pandemia azotó sobre manera al campo bravo, un 2020 prácticamente en blanco, un 2021 en recuperación pero con una feraz competencia, muchas veces algo desleal, y unos costes de producción que no ayudan en nada a la subsistencia de los ganaderos. «Como bien dices la pandemia se cebó muy fuerte con los ganaderos, las ganaderías llevan dos años subsistiendo como pueden, pero esto no es de ahora, se puede decir que venía de lejos, los altos costes de producción era algo que ya estábamos sufriendo desde hace tiempo y que por desgracia se acució con esta situación», lamenta el representante de Pedraza de Yeltes.
«Muchos ganaderos han sabido reestructurarse, reduciendo el número de cabezas en su explotación», añade. «Esa reducción de vientres y la quema de machos en la plaza fue la tónica habitual para ser viables económicamente», argumenta. Le preguntamos por el panorama a medio y corto plazo, ya que los agricultores y ganaderos están a pie de guerra con las administraciones; la cuerda quizás se está tensionando demasiado, y el sector del toro no parece salir de su ya habitual inmovilismo. «Veo un panorama complicado como no se reactive el sector y los precios no sean suficientes para poder mantener el negocio de la ganadería. Aquí esto tiene que ser viable para todos, tanto para los toreros, empresarios y por supuesto ganaderos. En los momentos más complicados, el que sabe adaptarse y apretar los dientes sale más reforzado, por eso hay que mirare hacia adelante y ser positivos, no queda otra«.
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— Pedraza de Yeltes (@pedrazadyeltes) December 31, 2021
«En Pedraza de Yeltes nos gusta que haya variedad, es decir, que dentro de una corrida salgan animales de distinto comportamiento»
En tiempos difíciles hay que buscar soluciones, hay muchos ganaderos que vieron como su mercado era ocupado por otros, ganaderos que sufren una subida de costes alarmante así como una bajada de precios que les ahoga. Un ganadero no solo vive de ilusión, tiene que tener algo donde agarrarse para seguir luchando. Todos se vieron afectados, desde el que lidiaba 25 corridas de toros al que soñaba con que sus erales embistieran con bravura y nobleza en festejos menores. José Ignacio lo tiene claro.
«El toro en la pandemia bajó sensiblemente de precio, ya que al tener excedentes el precio de la carne ya no es el mismo; por otro lado, como te dije los costes aumentaron y las cuentas no salen. Si la carne del bravo estuviera equiparada a la del manso tendríamos una salida, pero hoy en día no es así!. Hablamos ahora del toro en la plaza, ¿Qué se debe hacer para recobrar la ilusión en los aficionados?. «De cara al espectáculo sería importante la apertura de ganaderías y carteles, pero eso es una pescadilla que se muerde la cola. El empresario busca lo que cree mejor para sus plazas, nadie se tira piedras sobre su propio tejado, Mucha gente pide carteles y luego no acude, si todos hacemos un esfuerzo poco a poco podríamos cambiar la tendencia y conseguir que los carteles fueran otros. Todo son ciclos, yo estoy convencido de que si, en nuestro caso, seguimos trabajando como hasta ahora conseguiremos llegar a donde queremos. Hay que sembrar para luego recoger».
Le preguntamos sobre el toro que tienen en la cabeza, ese con el que sueñan, utopía o realidad. !Buscamos un animal muy concreto, con personalidad, un toro que sea al fiel reflejo de la casa. Nuestro encaste da un animal grande, con trapío y seriedad. Respecto a su comportamiento en la plaza buscamos un astado distinto al resto, que exija al torero pero que deje expresarse al que se pone delante. Un toro que lo que se le haga tenga importancia, que el espectador vea que aquello tiene verdadero valor. Buscamos un animal que en los tres tercios de espectáculo, que tenga fijeza, humillación, prontitud… vamos, básicamente que tenga entrega. Nos gusta que haya variedad, es decir, que dentro de una corrida salgan animales de distinto comportamiento, creo que eso le quita previsibilidad al toreo«.
La temporada 2022 de Pedraza de Yeltes
Antes hablábamos de la temporada 2021, seis vueltas al ruedo no es nada fácil y más en Francia, lugar donde la exigencia es un punto mayor si cabe que en plazas de igual categoría en España. Sin duda es una buena tarjeta de presentación para la temporada venidera. «La temporada 2022 esperemos que sea normal en todos los aspectos, yo confió en ello pese a que ahora mismo la cosa se está complicando. De cara al año que viene tenemos en torno a cinco o seis corridas de toros y una novillada. Repetiremos en Francia en alguna de las plazas que triunfamos el año pasado. Es cierto que tenemos allí uno de nuestros bastiones, prácticamente lidiamos la camada entera en el país vecino. Es una afición que nos encanta y que sabe ver muy bien nuestro toro. Si te puedo contar que nos han visto una corrida para Madrid, plaza en la que nos hace especial ilusión estar. Queremos empezar a abrirnos paso por otras plazas de la geografía española y eso te lo puede dar Madrid, de ahí que si la cosa sale bien podamos acartelarnos en sitios que hasta ahora no contaron con nosotros. Creemos que nuestro toro se puede acoplar a todo tipo de plazas.
Una camada no muy amplia, ideal para temporadas en la que la oferta está disparada y la demanda aún no anda recuperada 100%. En torno a 35/40 toros para acudir a aquellas plazas en las que Pedraza de Yeltes se ganó estar, pero ¿Cómo definirías la camada?. «Respecto a lo que me preguntabas te tengo que decir que no hay muchos cambios respecto a las anteriores, lo que si quizás, es un punto más igualada y armónica que la de 2019, 2020 o 2021, dentro del tipo de toro que se cría en casa. Aquí el toro tiene mucho hueso, es grande y con volumen. Poco a poco estamos puliendo eso, buscamos un toro que teniendo trapío no se embastezca, pero eso nos va a llevar tiempo conseguirlo. En el campo todo es muy lento. Ojalá podamos mantener el nivel de este último año, la camada como te dije nos gusta sobre el papel, ahora les toca a ellos».