La ganadería de Victorino Martín es, sin duda, una de las más emblemáticas del campo bravo español, y su finca -ubicada en las cercanías de la localidad cacereña de Coria- está separada por el río Árrago, que divide «Las Tiesas de Santa María» y la parte de «Monteviejo». Esta última fue la primera propiedad de la familia, un lugar de gran valor sentimental para Victorino Martín. Por otro lado, al sur se encuentra San Marcos, finca que a su vez también se encarga de separar dos de los terrenos que posee el ganadero en la provincia de Cáceres.
Para poder llevar el ganado de una explotación a otra, Victorino Martín Andrés construyó un puente que servía de paso entre ambas explotaciones, algo que facilitaba el movimiento de ganado. Este es un lugar cargado de simbolismo para esta casa ganadera, un lugar donde padre e hijo estuvieron apunto de perder la vida tras dos percances muy graves -uno de ellos ya lo contó en un vídeo hace unos meses el actual ganadero de la afamada divisa extremeña-.
Este lunes lo volvió a recordar en una nueva filmación: «Estamos en el río Árrago, ya lo conocéis de pasar por este puente con las vacas en invierno. El río divide la finca en dos. Es una alegría porque en verano lleva tanta agua casi como de muchas épocas de invierno. Aquí ya pasaron dos hechos que pudieron cambiar la historia de nuestra familia, aquí al lado, en una zona muy próxima, fue donde cogió a mi padre el toro ‘Hospiciano’ en el año 68, el día 2 de junio. Prácticamente, estuvo a punto de morirse«, comentaba Victorino Martín en un vídeo publicado en las redes sociales de la ganadería.
«Aquí mismo también fue donde en el año 94, concretamente el 29 de enero, venía el río muy fuerte, íbamos a pasar a caballo mi padre y yo y nos arrastró la corriente y casi nos ahogamos. Lo pasamos muy mal, pero afortunadamente pudimos contarlo«. Sin duda, otro momento que marcó la vida de padre e hijo, dos ganaderos unidos por un momento de gran dureza que les pudo costar muy caro.
Pero también había que conocer la historia de este río más allá de ser conocidos por dos momentos tan delicados para padre e hijo: «Este río ubicado en este punto de la finca, es algo histórico para nosotros por la riqueza que nos da el Árrago, por las posibilidades que nos da el agua, pero también por esos sucesos puntuales que pudieron cambiar nuestra vida y la historia de toda la familia. Como sabéis el río se llama Árrago, es afluente del Alagón, que a su vez es principal afluente del Tajo por la derecha. Cuando se juntan el Alagón y el Árrago van a parar al embalse de Alcántara, uno de los embalses más grandes del país».