La coqueta localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda vivirá el domingo uno de los días grandes del año para poner el broche de oro a su Feria de la Manzanilla. Será con un cartel de auténtico lujo, una tarde en la que tanto los tres alternantes como la divisa reseñada tienen la máxima categoría. Carmelo García ha vuelto a conseguir poner en el mapa a una tierra que presume de tener una gastronomía cinco estrellas, una manzanilla admirada por muchos, y unos parajes espectaculares que sirven como salida al mar del río Guadalquivir.
El próximo domingo por tanto trenzarán el paseíllo en la plaza de toros de El Pino José Antonio Morante de la Puebla, Andrés Roca Rey y Pablo Aguado, tres espadas que reeditarán en Sanlúcar aquella mágica tarde del 10 de mayo de 2020, pero esta vez no serán los toros de la estrella de Jandilla, los animales pertenecerán al hierro gaditano de Santiago Domecq; ganadería que se ha llevado multitud de premios tanto a la corrida más completa como al mejor toro. Un hierro que querrá sacarse la espinita tras la decepcionante corrida lidiada en Jerez de la Frontera el pasado viernes 13 de mayo.
Un cartel de máxima categoría, el cual reúne a tres toreros con tres conceptos totalmente distintos, tres espadas que ya saben lo que es probar las mieles del toreo en plazas como Sevilla o Madrid. Tres personalidades, tres formas de entender el toreo que se reúnen en Sanlúcar de Barrameda para engrandecer la fiesta. La tauromaquia es del pueblo, de allí donde sus raíces están mas asentadas, por eso es importante que los empresarios vuelvan a los orígenes del toreo, a aquellos lugares donde lo rural forma parte de su idiosincrasia. Es tierra siempre ha tenido estrechos lazos con el mar, los caballos y la tauromaquia, de ahí que Carmelo García intente que esa conexión no se pierda.
Ya a principios de temporada organizó un festejo de rejones, más tarde vino la novillada picada del Circuito de Andalucía y ahora esta corrida de máximo lujo. Tres festejos desde que arrancara la temporada en marzo, pero aquí no se queda la cosa, durante la temporada se abrirán las puertas del coso de El Pino para festejos sin caballos así como para su corrida Magallánica del mes de agosto; la cual cumplirá este año su IV edición. Por lo tanto las buenas entradas que se dan en esta plaza año tras año no son por casualidad, son por el trabajo de un empresario que da en una plaza de tercero un número de festejos muy superior a la media de otras plazas con mayor categoría y aforo.
Morante de la Puebla llega a Sanlúcar tras su gran paso por Sevilla durante sus festejos de abril y mayo con las corridas de Juan Pedro Domecq en Resurrección, Jandilla en preferia, así como Nuñez del Cuvillo y Torrestrella en farolillos. Cuatro tardes en las que paseó un total de tres orejas, dejando su sello en el dorado albero maestrante. Antes de Sanlúcar vendrán Córdoba y Baeza los días 20 y 21 de mayo, dos fechas, dos plazas en las que Morante seguirá sumando paseíllos antes de su cita el domingo en esta coqueta localidad del sur de Andalucía. Luego vendrá Madrid, pero eso son palabras mayores. Morante por tanto llega al domingo rodado, con un buen numero de corridas a sus espaldas, algo que sin duda ayuda para encarar las tardes con otro semblante, ese que nunca pierde vaya bien, mal o regular la tarde.
Andrés Roca Rey vuelve a el coso de El Pino tras su seria actuación del pasado jueves en la primera plaza del mundo; tarde en la que perdió el triunfo tras fallar a espadas. Torero que ha vuelto a recuperar esa frescura que había perdido durante la pandemia, ahora afronta las tardes de otra manera, con su concepto intacto pero con una vuelta de tuerca a ese toreo que en muchas ocasiones se volvía algo monótono y previsible. Sus tardes en plazas como Valencia, Arles, Sevilla o Madrid no hacen sino ver que Roca Rey ha evolucionado como torero, dejando claro que si no embiste el toro embiste él. A Sanlúcar llega con la ambición y hambre que le caracteriza antes de afrontar compromisos de mayor entidad.
El tercero del cartel es el sevillano Pablo Aguado, un torero con unas características muy particulares, un torero diferente a todos, un espada que busca sentirse pleno por la vía de la naturalidad, por la de la suavidad y el temple. Aguado tras cortar oreja en Valencia y Castellón parece que se ha sumido en un pequeño bache. Tanto en Sevilla como en Madrid; en su primera tarde, no rodaron bien las cosas, las corridas de Juan pedro Domecq y su lote de Garcigrande no ayudaron para ver ese toreo que lleva dentro. Un torero que tiene las ideas muy claras, sabe cuales son sus defectos pero también sus virtudes, y en función de ellas actúa en consecuencia. Sanlúcar ya disfrutó el pasado año del toreo del sevillano, también lo hizo El Puerto de Santa María, dos plazas que recogen perfectamente la idiosincrasia de la zona, esa en la que gusta el toreo reposado de Aguado.
Para rematar el cartel una ganadería como es la de Santiago Domecq, los toros venidos desde la finca ‘Garcisobaco’ deben poner la materia prima óptima para que la tarde sea triunfal, un tipo de ganadería muy depurada, con una base muy solida y con un concepto de toro muy definido. La aciaga tarde de Jerez no debe tapar las buenas cosas que se vienen haciendo en esta casa ganadera. Así lo atestigua su corrida lidiada este año en Sevilla como las del pasado año en esta propia plaza o en Algeciras, varios encierros de nota que unidos a sus incursiones en Francia afianzan este proyecto ganadero. El domingo se acerca y con ello una tarde que a buen seguro volverá a parecerse a aquellas en las que los pupilos de Santiago Domecq Bohórquez rayaron a gran altura.