FRANCIA

Los toros de Saltillo ‘la lían’ en el desembarque de Vic para lidiarse mañana: los momentos de tensión vividos


viernes 6 junio, 2025

Se vivieron momentos de tensión tras el desembarque de los toros de la vacada hispalense en los corrales de Vic-Fezensac

Saltillo
Los toros de Saltillo, en el desembarque de Vic. © Instagram

Cada temporada, con la llegada del mes de junio, un pequeño enclave de la región de Gascuña (Francia) adquiere un protagonismo singular con la celebración de su feria taurina. Se trata de la localidad gala de Vic-Fezensac, un lugar que, durante unos días, abandona su tranquilidad habitual para convertirse en punto de encuentro de aficionados y defensores de una tauromaquia que, para muchos, está en peligro de extinción.

Durante el fin de semana del 7 al 9 de junio, el coso francés abrirá sus puertas para la celebración de seis festejos taurinos, distribuidos entre sesiones matinales y vespertinas, ofreciendo así una programación intensa y continua a quienes pasen por taquilla esos días. Una amplia oferta taurina que contará con espadas muy del gusto de su afición, como Fernando Robleño, Morenito de Aranda (que lidiará seis toros en solitario), Gómez del Pilar, Román, Damián Castaño o Juan de Castilla, entre otros.

Como ocurre cada año, la variedad ganadera será uno de los pilares de esta edición: están anunciados novillos de Prieto de la Cal, así como erales procedentes de seis ganaderías francesas. En cuanto a los festejos mayores, se han reseñado corridas de Saltillo y Dolores Aguirre, además de un desafío ganadero entre los hierros de Araúz de Robles y Flor de Jara, y una corrida concurso con la presencia de astados de Miura, Prieto de la Cal, Villamarta, Veiga Teixeira, Pallarés y Pages Mailhan.

Entre los festejos programados destaca la primera corrida de toros del ciclo, prevista para el sábado 7 de junio a las seis en punto de la tarde. Se trata de una de esas citas que los buenos aficionados marcan en rojo: un festejo en el que saltarán al ruedo francés seis astados de la vacada de Saltillo. Un cartel que ha despertado una gran expectación en una afición que considera esta divisa como una de sus predilectas.

Se trata de una ganadería compleja en su manejo, tanto en el campo como en los corrales de la plaza. Por ello, todo debe hacerse con calma, sin incomodar al animal, ya que de lo contrario puede poner en serios aprietos a quienes se encargan de su manejo. A pesar de todas las precauciones, varios de los toros mostraron ya su carácter nada más bajar del camión, tal como puede apreciarse en el vídeo publicado por el Club Taurino de Vicois.

 
 
 
 
 
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Como citamos con anterioridad, llegaron a territorio galo una serie de animales que, tras pasar varias primaveras en amplios cercados, ahora veían reducido su espacio. El primer pulso con la verdad no llega con la lidia en el ruedo, sino en los corrales de la plaza. Allí, el desembarque de los toros se vive con tensión: cualquier error se paga caro. Los animales, tras más de mil kilómetros de viaje y muchas horas a sus espaldas, llegan calientes y con pocas ganas de hacer amigos.

Pese a que varios de los ejemplares dieron la cara, la sangre no llegó al río gracias a la rápida intervención de los operarios de plaza. Con oficio y paciencia, lograron apaciguar las tensiones entre unos animales que se miden entre sí para ver quién impone su fuerza. El terreno ha cambiado, y aquel que dominaba en el campo ya no tiene el cetro de mando. Todo debe hacerse despacio, sin violentar a unos toros que necesitan desfogarse tras el largo viaje.

Tanto la presencia como la voz del mayoral son también claves para tranquilizar a los animales y rebajar la tensión. Se conocen desde que eran becerros, lo que facilita que todo vuelva a la normalidad y se eviten bajas. Pero hay que tener algo muy en cuenta: cada animal que se lesiona —ya sea por una cornada o por problemas en sus defensas— durante el desencajonamiento es una pérdida irreversible para la corrida. Por eso también se recurre al agua como aliada. Mojar a los toros es una técnica que ayuda a reducir su temperatura —física y emocional—. Un gesto tan simple como esencial para que lleguen en perfectas condiciones al día del festejo.