En la finca cacereña La Zarzuela, pastan los toros de San Martín, un hierro legendario que en su momento formó el añorado ganadero mexicano Pepe Chafick. Un hombre que buscó intentar unificar todas las ramas del encaste Santa Coloma en una misma ganadería. El ganadero, de origen libanés, fue siempre fiel a la línea Santa Coloma-Saltillo y se dio el lujo de fundar una ganadería en España, algo que le hizo cruzar el charco en varias ocasiones para pasar gran parte del año puliendo la ganadería.
Todo comenzó en 1994 cuando él y su socio Marcelino Miaja (ya fallecido) iniciaron un ilusionante proyecto ganadero juntando todo lo relacionado con Santa Coloma-Saltillo que hubiera en el campo bravo español, aunque siempre orientado al encaste más querido por ambos “Saltillo”, los cuales añadieron sangre de Ana Romero, Coquilla, Graciliano, Saltillo y Barcial.
En 2005 se hizo cargo del proyecto Ignacio Huelva, que tras atravesar dificultades económicas se lo vendió a la familia Hornos Valiente en 2010. Dos años antes, Ignacio unificó su ganadería de Hernández Plá con la de San Martín, quedándose únicamente con el hierro de la ‘H’ en dicha transacción donde el ganado y el hierro de San Martín pasaron a manos de la ya mencionada familia Cacereña. Una venta en la que también entraron en torno a 30 vacas con el hierro de Pérez de La Concha y varios novillos, también de encaste Santa Coloma-Saltillo.
La de San Martín, una historia que se remonta a 1966
Pero la historia del hierro de San Martín se remonta a 1966, cuando fue creada por Luisa Flamanrique, quien fuera esposa del Pablo Martínez (Chopera). Esta fue formada por reses de Joaquín Buendía y Felipe Bartolomé. Ya en 1969, el maestro Paco Camino la adquiere añadiendo madres de Buendía, hasta que ya en 1994 fue adquirida por los mexicanos Jose Chafick y Marcelino Miaja, dos ganaderos que le dieron un nuevo rumbo a la vacada.
Actualmente, la ganadería de San Martín se encuentra en las manos del matador Alberto Manuel Hornos Valiente. Se trata de un toro generalmente cárdeno y negro, estrecho de sien, peso medio y pitones de poca proporción. Tomó antigüedad en Madrid en San Isidro de 1999, su finca situada en Calzadilla, municipio de la provincia de Cáceres, Extremadura conviven las dos ramas ganaderas de una familia apasionada por el toro bravo
Para este año en los cercados de esta preciosa finca cacereña pastan unos 40 animales del hierro de San Martín, un número nada desdeñable de animales que en 2023 serán lidiadas en distintas plazas de toros de España y Francia. Una camada de toros y novillos que se rematan poco a poco en La Zarzuela, un lugar ideal para la cría del toro bravo. La primavera avanza y con ella la sucesión de festejos en nuestra piel de toro; la suerte está echada.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
