El toro bravo es el único animal que tiene el privilegio de luchar por su vida en una plaza de toros, pero también puede hacerlo sin salir de la finca, es decir, ya sea siendo tentado o simplemente por intuición del ganadero. Esto se debe a la apuesta decidida de algunos ganaderos o a la confianza que tienen depositada sobre una reata en concreto, intuyendo que ese toro les puede dar algo que les falta en la ganadería. Una decisión arriesgada, pero que de salir bien te da un salto importante.
La ganadería de Torreahndilla ha pasado por diversas manos antes de llegar a sus actuales propietarios, un hierro que junto al de Torreherberos perteneció a la familia Morales durante varios años. Unos ganaderos sevillanos que cambiaron la provincia de Jaén por la sierra norte de Sevilla. Allí vivió durante varios años uno de los sementales estrella de la casa, ese que se conocía a la perfección cada uno de los recovecos de “Los Recitales”, finca donde pastaba la vacada.
En este reportaje emitido hace varios años por el programa Toros para Toros, se va a proceder a sacar un semental del cercado que comparte con sus hermanos para llevarlo con su nuevo lote de vacas, algo nada fácil por la querencia que el toro tomó con el lugar donde ha vivido en los últimos meses. Una labor que ha de hacerse con mucho tacto, siempre buscando llevar al toro arropado por los bueyes y sin dar carreras, vocerías ni aspavientos.
Gracias al buen hacer del vaquero y el mayoral de Torrehandilla, consiguen que ‘Tomatero’ abandone el cercado camino de su nuevo destino. El toro camina a paso lento hasta que empieza a oler a las vacas y a cambiar su comportamiento. El semental arranca a galopar, saliéndose del amparo de los mansos, teniendo que bajarle los humos uno de los vaqueros que andaba por delante, este no podía consentir que el toro campase a sus anchas por esa zona. Son momentos en el que los hombres de campo deben tener la cabeza fría para que la situación no les supere.
Los cercados de las vacas de Torrehandilla están en esa zona, pero el toro no sabe cuál es el suyo, de ahí que el mayoral abra la cancela del cercado y llame a las vacas para que ‘Tomatero’ se dé cuenta de cuál es su nueva cerca. Una vez se orienta no duda en tomar el camino correcto para disfrutar de unos meses junto a ese hato de vacas que se ganó al quedarse como semental de la casa. En este caso es un toro de repaso, de ahí que no tenga a su disposición a la totalidad de las vacas que van a vivir junto a él. Pasados unos tres meses el ganadero comprobará si hizo su trabajo o dejó algo por hacer.