Todo ocurrió el 17 de septiembre de 2022, cuando Juan Leal sufrió un aparatoso percance tras ser volteado por el segundo animal de la tarde. Si bien Juan logró continuar y hasta concluir el trasteo con el toro, a la finalización de su actuación pasó a la enfermería con un fuerte dolor en las costillas para someterse a una primera exploración en busca de alguna posible lesión que, en principio, no pareció existir.
Leal pidió someterse a una infiltración para salir a lidiar a su segundo oponente, algo que desaconsejaban los doctores, pero que el torero pidió una y otra vez. Pero algo salió mal con la medicina administrada, y una reacción química provocó que el torero se cayese delante del toro y fuera volteado nuevamente, agravando las lesiones que ya venían del primer toro. Juan andaba nervioso, intentando Simón Casas calmarlo para que entrase relajado a la enfermería.
Como bien relató en sus redes sociales Simón Casas, éste hipnotizó a Leal en presencia del equipo médico, pero tras explorar las posibles heridas de la segunda cogida, Juan comenzó a convulsionar y a tener verdaderas dificultades para respirar, lo que hizo temer a los doctores por una posible lesión interna que, afortunadamente, se quedó en reacción a la infiltración, como se constaría más tarde en el hospital.
Un susto enorme el que se vivió en dicha enfermería, y pese a los intentos por ayudarle, todo fue en vano. Simón buscó la manera de calmarlo, viendo que este andaba muy nervioso y así era imposible intervenirle. Así lo contaba el empresario nimeño en sus redes, todo acompañado de una foto del momento: “Hipnotizado a Juan Leal en presencia del equipo médico de la enfermería de la plaza de Nîmes después de una dramática cogida. Había necesidad que se relaje para que los médicos pudieran intervenir”.
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Juan Leal y su compromiso con el toreo
El segundo de la tarde, un negro mulato de septiembre de 2017, y de 516 kilos, bajo y amorrillado, con buenas hechuras, lo saludó Juan Leal con delantales, a las que siguieron cuatro tafalleras y una buena media. Empujó en las dos puyas el de Victoriano, saludando en los palos Marco Leal. Con estatuarios y un cambiado por la espalda empezó faena Leal, frente a un toro con largo recorrido, al que dejó series de profundidad por ambos lados. Lo cogió feísimamente en un cambio de mano en el final de la segunda mano; se dolía de la zona de las costillas, pero volvió a la cara del toro, a pesar de estar convulsionado. La plaza entera estaba con él. Cuajó series meritorias, y cuajó muletazos totalmente hierático, antes de tirarse recto con la espada y dejar media estocada que valió, aunque el puntillero lo levantó. Tras tumbarlo, paseó una oreja de mucho peso.
El cuarto toro fue un animal de nombre Cantaor, número 133, de 524 kilos, con el que regresó de la enfermería Juan Leal, después incluso de haber tenido vómitos. Fue infiltrado antes de regresar al ruedo. El torero estaba dolorido después de la tremenda voltereta en el animal anterior. Estaba contusionado y se le notaba, pero tiró de arrestos para lidiar al segundo de su lote. Incluso cojeaba de una pierna. Comenzó la faena a ese toro en los medios, con dos cambiados por la espalda y se cayó el torero, que no se podía sostener sobre su pierna. Sufrió otra feísima voltereta, y fue obligado a entrar en la enfermería; Roca Rey continuó la faena frente a un toro complicado, que fue tobillero, y al que cuajó poco a poco por el lado derecho, con aguante y esperándolo mucho para sacar su fondo de bravura. Dejó tres tandas por la mano diestra de mano baja. Imposible el animal por el pitón zurdo. Muy por encima del toro el animal. Cortó una oreja de mucho peso Andrés.