ANECDOTARIO

Talavante, el espejo de José Tomás y sus dos únicos ‘agarrones’


lunes 14 abril, 2025

A ambos les unen unos vasos comunicantes que van más allá de una admiración mutua y un concepto que sirvió de espejo para el extremeño

Jose Tomas Talavante
Alejandro Talavante, el pasado 5 de abril en Moralzarzal y, a la derecha, José Tomás. © Luis Sánchez Olmedo

Dicen que el toreo son vasos comunicantes. Pese al paso de los años y las diferentes generaciones que hay por medio van saliendo una serie de toreros que recuerdan a diestros que en su día tuvieron el favor del público y los aficionados. También es cierto que pese a ese espejo nunca hay un torero igual a otro, pero sí esos citados vasos comunicantes que hacen un guiño al pasado. Pasa con Aguado y los toreros de la escuela sevillana, Juan Ortega y el barroquismo del arrabal sevillano, Morante de la Puebla con Juan Belmonte o Alejandro Talavante y José Tomás.

El caso del pacense es más acuciado al ser José Tomás el torero que le empujó a querer ser torero. El diestro de Galapagar levantó en Alejandro algo que nadie había conseguido, ni tan siquiera esos futbolistas a los que quería parecerse. “José Tomás fue el que hizo que yo un día, engañado, fuese a una plaza de toros creyendo que iba a un campo de fútbol de la mano de mi abuelo” declaró Talavante en una entrevista concedida a Jesús Quintero.

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Talavante en Moralzarzal © Luis Sánchez Olmedo

Pero el extremeño fue más allá sobre la importancia que ha tenido el madrileño sobre su figura: “Te mentiría si te dijera que lo miro como a uno más. Suena fuerte, pero por mi admiración hacia él, es el culpable de que yo ya tenga cornadas en el cuerpo”. Pese a la admiración que se siente por otros espadas los toreros no pueden ser meras copias de estos, tienen que tener una personalidad propia que les haga conectar con los tendidos. Talavante ha ido evolucionando con el paso de los años y nada tiene que ver con el de sus inicios.

Ponerse en el sitio que pisa José Tomás es algo que no está al alcance de muchos toreros, este es un torero que encoge el alma, que encoge el corazón, pero también un diestro que busca la profundidad, el romper por abajo a los animales llevándoselos tras la cadera. “Donde otros ponen la muleta José Tomás coloca su cuerpo, ahí radica la diferencia entre él y el resto” explicó Talavante hace unos años en un programa de máxima audiencia.

José Tomás
Desplante de José Tomás. © Luis Sánchez Olmedo

Tras un golpe sobre la mesa -sin espada- en Madrid su torero había puesto de patas arriba el toreo, un joven extremeño se llevaba todos los focos en un 2006 donde José Tomás ya empezaba a barruntar una vuelta que llegaría el 17 de junio del 2007 en Barcelona, año en el que Talavante ya había descerrajado la puerta grande de Valencia en Fallas, Madrid la tarde de su Confirmación de Alternativa y la del Príncipe en Sevilla en plena Feria de Abril.

Un torero que con el tiempo fue encontrando su camino, ese que le llevaría a México, tierra donde José Tomás se había convertido en un “consentido” de la afición de aquel país. Otro de los nexos de unión de Tomás y Talavante fue la figura de Antonio Corbacho, apoderado de ambos en momentos clave de sus carreras. El madrileño es uno de los diestros que más gente puede llevar a las plazas y que más expectación pueden acaparar, y eso se nota en la taquilla, más si cabe a partir de su vuelta tras retirarse en el año 2002.

«Lo mismo quiso hacer Alejandro; marcharse como lo hizo su ídolo, para que lo reclamase luego la propia afición. Pero no contó con el paso del tiempo, con la asunción de compromisos, con las circunstancias que le hacen a uno convertirse en lo que es. Desde entonces Alejandro vaga y vaga, en busca -con mayor o menor éxito- de aquel torero gigante de míticas cualidades«, escribió nuestro director hace unos meses en este medio.

Talavante José Tomás

Los lazos de unión entre ambos son muy fuertes, ya no en un concepto del toreo que fue la base de aquello que es hoy en día Alejandro Talavante, sino ese que abarca tantos campos como la filosofía de vida de ambas, su estrecha vinculación con México, la figura de Antonio Corbacho y Joselito o su forma de ver y entender el toreo y todo aquello que le rodea. Un espada que nunca terminó de romper en figurón del toreo hasta que Alejandro encontró al verdadero Talavante pese a tener como espejo a esa figura del toreo que pese a no anunciarse en los ruedos sigue en contacto con el toro en las distintas ganaderías a las que acude con asiduidad.

Las dos únicos «agarrones» -hasta el momento- entre José Tomás y Alejandro Talavante a este lado del charco

Alejandro Talavante José Tomás
Alejandro Talavante y José Tomás. © InfoTalavante y Luis Sánchez Olmedo
  • 12 de agosto de 2011 – Plaza de toros de Gijón (Asturias): Toros de ‘Toros de Salvador Domecq’ para José Tomás, Alejandro Talavante y Diego Silveti (Alternativa)
  • 4 de septiembre de 2016 – Plaza de toros de Valladolid: Toros de Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo, Zalduendo, Domingo Hernández y Victoriano del Río para Juan José Padilla, José Tomás, Morante de la Puebla, El Juli, José María Manzanares y Alejandro Talavante