Hace semanas que se anunció la vuelta de Enrique Ponce en el mes de mayo Nimes, una fecha marcada en rojo para una afición que desea despedir, con los honores que se merece, a un diestro que ha estado en figura desde comienzo de la década de los 90. Matador de toros que también tiene fijada la tarde de su adiós. No será en Madrid, ni en Sevilla, Zaragoza o Jaén, sino en su Valencia natal, plaza donde José Miguel Arroyo ‘Joselito’ hizo las veces de padrino y Miguel Báez ‘Litri’ las de testigo.
Un año donde pisará ruedos que han significado mucho en su carrera. Por el momento únicamente están confirmados de forma oficial Nimes y Valencia, siendo oficiosa, que no oficial, su presencia en Madrid en una Feria de Otoño que se presentará bien avanzada la temporada. También su contratación para Bilbao va por buen camino, sin duda alguna su plaza talismán. Conforme pasen los días y las semanas se irán despejando.
Pero una de esas plazas donde Ponce ha cosechado grandes triunfos no estará entre los ruedos elegidos por el diestro de Chiva. Se trata de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, un coso donde la afición hispalense siempre ha sentido un especial cariño por un diestro que tiene en su haber una salida en hombros por la Puerta del Príncipe. Y no se podrá despedir al coincidir en un mismo fin de semana la Feria de Otoño en Madrid y San Miguel en Sevilla, algo que acabó por denegar la oferta que Pagés había puesto sobre la mesa.
“Enrique vio muy precipitado el torear dos días seguidos en plazas de tanta responsabilidad, algo que nosotros respetamos” explicó Ramón Valencia el día de la presentación de los carteles del abono hispalense. Su comienzo de temporada en mayo también imposibilitaba anunciarlo durante el ciclo continuado, de ahí su apuesta por tenerlo en San Miguel. “Teníamos conocimiento de su comienzo de temporada en Nimes allá por mayo, por eso optamos por ofrecerle un hueco en San Miguel y no en la Feria de Abril”, comentó a los allí presentes el propio Valencia.
No hubo negociaciones como tal, sí una conversación con su entorno para saber que fecha le venía mejor para despedirse de Sevilla. “Hablamos con sus apoderados ofreciéndole -a su elección- uno de los tres días. Les gustó la idea, y quedamos en hablar cuando se lo comunicaran a Enrique”. Sería poco tiempo después cuando se le comentó a la empresa que tenían cerrado el sábado 28 para despedirse de Madrid. “Le ofrecí montar un ‘corridón’ el jueves, pero no pudo ser” tomando finalmente la decisión de no torear, en un mismo fin de semana, en dos plazas de tanta responsabilidad, descartando la posibilidad de despedirse de la Maestranza.
