Con la llegada de la festividad de San Juan, muchos son los municipios que realizan sus fiestas junto al toro bravo, lugares donde este animal se convierte en el protagonista principal de las mismas. Uno de ellos es la localidad cacereña de Coria, que se convierte por unos días en uno de los epicentros del festejo popular, que durante siete días vive de forma intensa sus días grandes -desde el domingo 23 hasta el sábado 29 de junio-.
El protagonista de la jornada matinal del pasado martes fue un astado propiedad de la familia Martín marcado a fuego con el hierro de Monteviejo, un ejemplar herrado con el número 59 y perteneciente al guarismo 8. Astado reseñado como Toro de la Junta de Defensa y que ya conocimos gracias a un vídeo que el ayuntamiento de Coria colgó en su canal de YouTube haca tres semanas. Un animal que protagonizó un emocionante encierro, viviéndose momentos de peligrosidad y tensión casi desde su salida.
Un recorrido donde el astado de Monteviejo mantuvo el ritmo y la velocidad, lo que aumentó la dificultad y el riesgo para los corredores. Ya en el último tramo el animal volvió a poner en aprietos a unos corredores que sintieron la adrenalina de correr junto a un animal de tanta personalidad.
Ese mismo martes por la mañana la cuenta de Instagram de la ganadería extremeña de Victorino Martín publicaba un post con dos fotografías de Diego Alcalde, conocido fotógrafo que visita con asiduidad las distintas fincas propiedad de la familia Martín. En esta ocasión no era un toro de Victorino, sino un ejemplar de Monteviejo, segundo hierro de la casa. Un ejemplar de gran seriedad tanto en su arboladura como en su mirada, un ejemplar que pocas horas después daría ese espectáculo que los corianos esperaban.
Ya huele a toro por las calles de Coria. Estamos esperando la salida del encierro y lidia de “Batanero”, de nuestro hierro de Monteviejo; escogido por la Peña de la Junta de Defensa ¡Suerte!, se podía leer en la cuitada cuenta de Instagram de la ganadería cacereña en el día de ayer. Se trataba de dos instantáneas que resumían perfectamente la expectación que había por ver a este bello e imponente animal, uno de los más serios de la camada.
En una de ellas se veía a un número importante de aficionados en los corrales de la finca que da cobijo a los animales de este hierro, siendo la segunda una instantánea donde se podía ver al toro de Monteviejo junto a los bueyes de la vacada minutos antes de su embarque hacia Coria, lugar donde a las doce y media de la mañana debía recorrer las calles hasta llegar al final de un recorrido donde le esperaba una ingente marea de aficionados que querían disfrutar en primera persona de este particular animal.