Fue la sublimación de lo eterno: la faena de José Antonio ‘Morante de la Puebla’ este miércoles en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla pasará a los anales por la forma de proponer, de trazar, de sentir y de ralentizar al máximo cada uno de los lances de capote y posteriores muletazos. Y de gobernar las embestidas de un toro bravo, ‘Ligerito’ de nombre, número 82, de 515 kilos de peso, nacido en diciembre del año 2018 y en cuarto lugar este miércoles.
Después de que Morante de la Puebla le cortase el rabo a la codicia humillada y enclasada de un animal único, su ganadera, Concha Hernández, mandó que le cortasen las turmas para que el bravísimo toro de Domingo Hernández -que honró sin duda al creador de esta mítica casa- pudiese seguir procreando en la ganadería charra.
Según ha podido conocer este medio, las turmas del animal ya están en Salamanca en manos de un veterinario que le extraerá el semen, algo que valdrá para cubrir de forma artificial hasta 120 vacas -máximo que se ha conseguido en una acción de este tipo-. Por su parte, también se extrajo sangre de los seis toros para su análisis.
El segundo toro en esta Feria de Abril al que se le cortan las turmas tras ser lidiado
Es el segundo toro en esta Feria al que se le cortan las turmas tras ser lidiado, después de que también lo hiciese el ganadero Álvaro Núñez con el tercer ejemplar del pasado lunes en la Maestranza, un toro del hierro de Olga García Jiménez al que también le cortó las turmas (previo permiso al propietario del animal, el ganadero, empresario y apoderado Jorge García-Jiménez). Así, seguirá procreando en su casa ganadera, ubicada en tierras portuguesas.
Por otro lado, hay que tener que ya el ganadero madrileño Victoriano del Río hizo lo mismo el pasado 12 de octubre en Madrid, en plena Corrida de la Hispanidad, cuando lidió un festejo que tenía acartelados a Alejandro Talavante, Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel y en el que cortó las turmas de dos ejemplares,
¿Qué se hace cuando se quiere seguir procreando con un toro que acaba de ser lidiado?
El ‘modus operandi’ que lleva a cabo un ganadero cuando quiere seguir procreando con un toro que acaba de ser lidiado y no ha tenido la posibilidad de ser indultado en el ruedo -algo que ocurre en cosos como Madrid o Sevilla, donde la exigencia hacia un toro es máxima y solamente en contadas ocasiones se le perdona la vida a un animal- comienza por acudir al desolladero segundos después de ser arrastrado el animal y extraerle los testículos, lugar donde se encuentran las turmas -glándulas reproductivas del toro bravo-.
Éstas deben ser inmediatamente introducidas en una bolsa con hielo para mantenerlas en baja temperatura hasta que se queden en manos de una clínica veterinaria que las pueda congelar. Hay que tener en cuenta que los testículos deben cortarse siempre con piel y ser introducidos en una bolsa limpia -si no se hace este proceso 24 horas después de la muerte del animal, las posibilidades de éxito son prácticamente nulas-.
Tras ello, es el momento en el que los veterinarios añaden varios elementos líquidos de conservación a los propios testículos para, posteriormente, extraer las pajuelas de semen de las citadas turmas. El paso final es inseminar a las vacas elegidas -normalmente suelen ser entre 60 y 120 como máximo-. Unos contenedores de nitrógeno líquido ultracongelados a 270 grados bajo cero sirven para mantener intacto el semen, que puede estar incluso años sin usarse hasta que el ganadero decida inseminar a una hembra.
La salida a hombros de Morante de la Puebla por la Puerta del Príncipe. pic.twitter.com/JR14SRoWsr
— mundotoro_tv (@mundotorotv1) April 26, 2023