CAMPO BRAVO

La curiosa historia de un toro de Castillejo de Huebra después de que el resto de sus hermanos matara a su abuelo y dejara malherido a su padre


domingo 10 septiembre, 2023

La siguiente es una de esas historias de campo que únicamente conocen los más cercanos a este animal bravo, en este caso en el hierro charro de Castillejo de Huebra.

Castillejo De Huebra
Dos toros de Castillejo de Huebra, en imagen de archivo. © Pablo Ramos

Una de las ganaderías más activas en redes sociales es la salmantina de Castillejo de Huebra, una ganadería fundada en 1987 por José Manuel Sánchez García-Torres y que en la actualidad es llevada por su hija Mª José Majeroni Sánchez-Cobaleda, una gran ganadera que busca dotarle a sus toros de su personalidad propia sin perder aquella que moldeara su padre. En sus orígenes estuvo formada con ganado de Veragua y Vega-Villar hasta que tras dicha compra en el citado año, fue sustituida y formada con reses de Murube-Urquijo.

Aquí se crían desde hace más de 35 años los «murubes» adquiridos a un ganadero muy singular, Félix Cameno. Una ganadería que con los pasos de los años se ha ganado el respeto de aficionados, empresarios y toreros, de ahí que esté considerada por muchos como una de las ganaderías con mayor futuro del encaste al que representan. Para nada es una ganadería convencional, ya que hace algún tiempo que rompieron el techo de cristal consiguiendo lidiar gran parte de su camada en festejos a pie.

Pero tanto en esta como en otras ganaderías, las batallas por el poder de los cercados son escalofriantes, da igual que sea en el cercado de los cuatreños, cinqueños o sementales. En esta casa hay una historia muy curiosa con tres animales de la ganadería, tres ejemplares unidos entre sí por el parentesco y por sufrir en sus carnes la dureza del campo bravo. “El 24 es un ‘Pendenciero’, como lo fue su abuelo, el 40, al que mataron los otros sementales, como lo fue su padre, el 53, que sobrevive milagrosamente” escribía en sus redes sociales la cuenta oficial de la ganadería.

Un texto que venía acompañado de un vídeo en el que se observaba como dos toros de enorme arboladura se movían nerviosos por el cercado donde cohabitan. Ambos se echaban tierra a los lomos para refrescarse y quitarse las moscas, pero también como mensaje hacia sus hermanos. La tensión se palpaba en el ambiente, los todos bramaban y pitaban en el campo para hacerse notar, la pelea podía desencadenarse en cualquier momento. Esta es una voz característica del toro bravo, fuerte y ronca, un sonido de gran intensidad que sirve como advertencia hacia el resto de sus hermanos.

Uno de los ganaderos más sabios del campo bravo es el gaditano Salvador Gavira, arquitecto de profesión, el cual dejó su profesión para continuar el legado de su padre. Este es un ganadero que conoce muy bien al animal bravo, un ganadero que conoce el truco para que los toros no se peguen cuando entran en un nuevo cerrado o vuelven tras un tiempo sin estar en él. Esto pasa cuando hay peleas entre ellos y uno acaba malherido, como es lógico tiene que pasar un tiempo alejado de ellos, saltando chispas cuando se vuelven a juntar.

“Lo normal es que cuando se unan los dos grupos de toros pueda haber peleas”, señalaba Salvador Gavira en un reportaje emitido en el programa Toros para Todos. “Ten en cuenta que cuando estos toros huelan a los otros lo van a tomar como extraños, como enemigos, y además se rompe la jerarquía de este propio cercado, los tres que vienen pueden hacer asalto al poder al toro que aquí manda y entonces las peleas son seguras”, contestaba el criador.

En ese juego los olores son muy importantes, casi claves en la convivencia de los animales: “Normalmente, el toro ha estado en otro cerrado, y parece que no, pero solamente con que haya medio kilómetro de distancia, el olor del toro cambia completamente. Ellos conocen por el olor a los otros compañeros, visualmente también, pero el olor es fundamental, de ahí muchas veces que en las junteras de toros, en los propios corrales, se le eche zotal sobre la penca del rabo para confundir un poco los propios olores y evitar así las peleas”.