La pandemia asestó un duro golpe a las ganaderías de bravo. La reducción de las corridas en 2021 derivada de una crisis que dejó al sector tiritando tras un 2020 bajo mínimos obligó a muchos ganaderos a reducir sus camadas en busca de ese punto en el que la demanda fuera igual a la oferta. Daba igual que fueras un ganadero con 500 vacas o uno con 250, 120 o 75: la reducción tenía que hacerse sí o sí.
Si en 2021 y 2022 se lidiaron muchos cinqueños, ahora esa cantidad se ha reducido al primar los cuatreños. No todos los ganaderos pueden aguantar una primavera más con el toro comiendo. La regulación del mercado hará que los precios de los animales suba, quedando atrás el excedente y ofertándose únicamente el número de animales acorde para los festejos programados. Bien sabe de eso un Victorino Martín que siempre ha defendido su producto, un tipo de toro que nada se parece a los demás.
Victorino Martín: «Ya dijo mi padre que en el campo sólo ganan dinero los futbolistas»
Conoce el campo y las ganaderías como nadie, ha vivido varias crisis y sabe como salir de ellas. Por suerte tiene una ganadería en una posición más que privilegiada , algo que le permite no estar con el agua al cuello pese a los innumerables gastos que tiene una explotación tan grande respecto al número de cabezas que pastan en las fincas. Aquí el toro bravo es el rey, pero también hay hueco para la cría caballar, olivar, siembra, turismo….
Queríamos conocer de primera mano como ve la situación actual, como define el momento por el que pasa la ganadería de bravo y la tauromaquia en general: «Ya dijo mi padre que en el campo sólo ganan dinero los futbolistas, una afirmación que define a la perfección el momento por el que están pasando los criadores de bravo.
«Estamos viviendo un momento más delicado todavía» comentaba Victorino. «Imagínate lo que supone no lidiar nada y luego el aumento excesivo de los costes de producción, con la alimentación de los animales casi multiplicado por dos, la energía igual, los salarios y la seguridad social».
Un momento complicado que cada uno capea como puede, la solución debe ser global y por poniendo parches a un problema que es endémico en el sector, el cual se ha visto agarbado por distintos factores: «El coste de producción de un toro se ha disparado mucho y el precio del toro no se ha movido desde hace 25 años. Parece ser que va a haber una escasez de toros y ojalá eso sirva por lo menos para que los ganaderos podamos reivindicar mejor el precio».
El campo bravo se desangra. La subida del precio de los piensos, de la luz, del gasoil y la falta de demanda de toros como antes de la pandemia hace que todo se ponga cuesta arriba para los criadores de bravo. Los ganaderos pese a la normalidad vivida este 2022 respecto al número de festejos lidiados lanzan un SOS, alzan la voz contra una situación que en muchos casos se ha vuelto insostenible por los altos costes que tiene rematar un toro para una plaza de toros.