Todo el mundo conoce la extraordinaria relación entre la ganadería de bravo y el caballo para las labores camperas. Todo ganadero cuenta con caballos para desarrollar las principales actividades que se realizan en una finca, tal como se ha hecho desde que el hombre comenzó a domesticar un animal tan hermoso como el caballo. Y es así como el equino entró en casa de Victorino Martín, quien ahora ha dado un giro al uso que en su casa se hace de los caballos y ha decidido crear su propia yeguada, Monteviejo, lo que exige una inversión millonaria -desde el año 1995- para arrancar con la actividad e ir cocinándola poco a poco al nivel al que lo hace el ganadero, quien muestra su día a día en los vídeos que publica en Youtube con su hija, Miriam Martín.
Es ella la que explica de dónde procede cada equino de los que conforman la yeguada, cuya línea principal es la cruzada lusoárabe, aunque también mantienen otra de tres sangres, anglolusoárabe. Esto quiere decir que, dado que las yeguas de la casa son lusitanas, según confirma Miriam, los sementales que las cubran deben ser árabes -para la línea principal- o un pura sangre americano que tienen con las yeguas lusoárabes, para la secundaria. Todo ello, como ya hemos subrayado, bajo el hierro de Monteviejo, que es el que lucen los caballos que proceden de Las Tiesas.
Una rama de Monteviejo muy orientada hacia la doma vaquera
La cría de caballos y yeguas en la finca de Victorino tiene una intención muy clara, que es la doma vaquera, y es por ello por lo que llevan la selección de la forma que explican tanto el ganadero como su hija, quien señala que esta sangre «ofrece unos caballos muy completos para esta disciplina deportiva», que supone la última pasión del ganadero madrileño, para la que es muy importante gozar de una desmedida afición.
Los prados de Las Tiesas tienen sueltos a los potros y a las potras, que suelen estar juntos porque, como explica la hija del ganadero, en esta casa «los castramos. Para que puedan estar juntos, pero también para facilitar después su doma y su dedicación a la disciplina vaquera». En la actualidad hay ya numerosos productos que han salido de la factoría de Monteviejo, donde se pone especial interés en la corrección de las líneas y de las genealogías.
Por eso muestra las credenciales de IBN Santa María, el semental árabe que utiliza la casa para cubrir a las yeguas lusitanas y con seguir la mezcla de sangres perseguida. La madre del semental, Santa María, fue campeona de España de doma vaquera, por lo que sus orígenes son perfectos para cubrir. Tijera, Saladino, Lila, Morao o Tequila, tordos los cinco, son algunos de los productos con los que ya se trabaja en la finca de Victorino y que forman parte de su yeguada.
Una línea de Pura Sangre Lusitana con el hierro de la A coronada de Victorino Martín
Todo comenzó con yeguas base Casquinha y sementales con línea Veiga, todo con una línea pura sangre lusitana, como explica el propio Victorino, quien mantiene esa línea de pureza herrada con la A coronada que lucen también los toros de su hierro. Esta procedencia, en cambio, está más orientada a la doma clásica, aunque como explica el ganadero, «la procedencia es muy torera, y eso hace que todas las líneas de la casa toreen».
El toro y el caballo siempre han mantenido una historia muy unida, y la presencia de ambos en las fincas es prácticamente imprescindible. Los potros de esta línea, como explica Victorino, «se crían en absoluta libertad, exactamente igual que los toros».