El francés Virgile Alexandre es ganadero de El Campo y presidente de la Asociación de Ganaderos Franceses de Toros de Lidia. Tiene afincada su ganadería en los pantanos de Raphèle en Arles (Francia). La aventura ganadera de Alexandre comenzó en 2008 y, aunque el origen de su ganadería fue de encaste Cobaleda, los «patas blancas», tras la complejidad de la venta y de la selección ha comenzado a centrarse más en el ganado que adquirió a Gauthier y las vacas de Patrick Laugier de origen Marqués de Domecq.
Actualmente, el ganadero tiene 150 animales pastando por sus tierras pantanosas. Además, comenta en el vídeo cómo es el comportamiento de cada encaste en la dehesa y la decisión que tomó de sustituir a los cabestros por el ganado camarga.
El presidente, por tercer año consecutivo, de la Asociación de Ganaderos Franceses de Toros de Lidia, habla sobre la función de esta asociación y de la gestión que realizan del libro genealógico de la raza de bravo francés. Por otro lado, trata la actualidad sobre la Ley Caron en Francia que no fructificó en noviembre y cómo todos los ganaderos franceses siguen luchando cada día, mostrando su labor diaria en cada finca para evitar que vuelva a salir a la luz. Al igual, demuestra su gran «ilusión y asombro» por la reacción unida del mundo taurino que se revolucionó mandando todo su apoyo y remando en la misma dirección.
El ganadero francés representa a todos los criadores con sus palabras más sinceras: «El toro de lidia para su ganadero es Dios, es su animal favorito y lo amamos más que todo en el mundo. Para mí, mis toros y mis vacas son parte de mi familia, son parte de mi vida. Desde que nacen hasta que van a la plaza de toros les damos todo el amor que tenemos. (…). Si no existieran ni las ganaderías de bravo ni las de Camarga, ¿quién podría mantener las tierras en las que estamos?«, se pregunta.
Alexandre conversa también sobre sus próximos objetivos que son poder lidiar novilladas con caballos y, el más importante y el que más le gustaría: que su descendiente continúe con la cría de bravo tal y como él está haciendo, cumpliendo su deseo y su pasión.