El Juli, Juan Ortega y Pablo Aguado conformaban la cuarta de abono de Béziers, en la que se lidiaba una corrida de Luis Algarra con tres cuartos de entrada en los tendidos -más de 8.000 personas-.
Ovación tras petición para el esfuerzo de Juli ante un primero que no transmitió
El primero, de octubre de 2017, negro listón, “Cantaclara”, fue un primero frío y abanto de salida, que no se empleó en las dos puyas tras las verónicas de López. Intentó llevar por abajo Juli ante un animal noble pero que tenía falta de chispa para transmitir y que tenía poco recorrido. Buenas series de Julián por ambos lados, con su oficio y su técnica, alargando la embestida del astado sevillano. Al final, conectó al acortar distancias con el tendido. Pinchazo, estocada un punto trasera y ovación tras petición.
Juan Ortega, silenciado ante el deslucido segundo, con el que sólo puede brillar en dos verónicas de buen trazo
El segundo de la tarde, de 485 kilos, de marzo de 2018, castaño de capa, fue un animal con más cara y cuesta arriba. Se movió bien en el capote el animal, dejando dos verónicas de buen trazo. Lo cuidó Ortega en el segundo puyazo ante la flojedad, quitando Aguado por chicuelinas y una media frente a un animal parado y sin transmisión. En la faena, el astado fue deslucido y parado. Dejó medio espadazo hábil y fue silenciado.
El toque suave y el toreo a cámara lenta de Pablo Aguado pasean una oreja de peso del tercero
El tercero, de 480 kilos, de diciembre de 2017, negro bragado, fue un animal con el que dejó un gran recibo capotero, sobre todo por templado, con verónicas, chicuelinas y un par de medias marca de la casa. Sufrió una vuelta de campana en varas un toro con más prontitud que los otros. Con su toque suave y su toreo a cámara lenta sobre los dos pitones gustó el sevillano, en series cortas pero de mucho contenido. Remató la obra de un espadazo tirándose recto y efectivo. Una oreja de mucho peso.
Esfuerzo de Juli con un cuarto al que le faltaba ritmo y clase
El cuarto, “Panameño”, de 480 kilos, fue un castaño salpicado al que saludó El Juli con tres verónicas y una media de voluntad. Preservó Juli en el caballo a un toro con humillación, pero al que le faltaba ritmo, clase y no empujaba hasta el final del muletazo. Hizo un esfuerzo grande por ambas manos, rematando de doble pinchazo. Silencio.
Juan Ortega, silenciado ante otro deslucido quinto
El quinto toro, para Juan Ortega, fue un animal de 490 kilos, negro mulato listón “Zaragozano” de nombre, con cuello, al que saludó con detalles capoteros. No se entregó en el caballo el animal, que brindó a Sebastián Castella. Inició obra por ayudados por alto a un astado muy flojo, con humillación, pero rajado y parado. Lo intentó Ortega, pero fue imposible lucirse con este animal. Dos pinchazos y espadazo final. Silencio.
El toreo clásico de Aguado vuelve a cautivar sin acero ante un flojo sexto
El sexto, “Olivito”, número 20, de febrero de 2018, fue un negro burraco, el más cuajado de la corrida aunque algo basto. Buen recibo capotero de nuevo a la verónica de Aguado, rematado con una media abelmontada. No se empleó el animal en el caballo. Asolerado fue el inicio de faena, dándole sitio al animal, que mostró recorrido, pero se apagó a partir de la segunda serie. Un gran Aguado se topó con una condición a menos del de Algarra. Gran temple, el palillo por abajo del pitón y gran toreo, en el que dio sitio siempre al animal, al que le faltaba motor y fuerza. Remató la obra con naturales de frente y trincheras de cartel. Los pinchazos y el mal uso del descabello hicieron perder premio. Silencio tras dos avisos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Béziers, Francia. Cuarta de abono. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada en los tendidos -más de 8.000 personas-.
Toros de Luis Algarra.
El Juli, ovación y silencio.
Juan Ortega, silencio y silencio.
Pablo Aguado, oreja y silencio tras dos avisos.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ
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