Gran ambiente en el Coso de Margarita de Calatayud para la segunda corrida de la Feria de San Roque, que el grave percance de Daniel Luque hace tres días en El Puerto de Santa María dejó en mano a mano entre Miguel Ángel Perera y Jorge Isiegas, para lidiar seis toros del hierro salmantino de Valdefresno.
Casi dos décadas después de su alternativa se presentaba Miguel Ángel Perera en el Coso de Margarita y lo hizo con buenos lances a la verónica a un toro con cuajo de plaza de segunda que tomó un largo puyazo en la querencia previo a un ajustado quite por chicuelinas de su matador, que llegados al último tercio brindó a la concurrencia. Soplaba el viento y en el tercio donde revoloteaban papelillos inició la faena con series en redondo de temple y mando que el toro tomó con nobleza y largura. Fue cambiar de mano y cambiar también el toro, que se mostró huidizo. De vuelta al pitón derecho ya el toro se fue apagando un poco y Perera , ya en cercanías, lo toreó con apabullante seguridad. metido entre los pitones. Pero la espada se cruzó en el camino del triunfo y todo quedó en ovación.
Lances a pies juntos en los medios y un par de chicuelinas fueron la tarjeta de visita del maño Jorge Isiegas ante la afición bilbilitana. Toro segundo de buena condición, metiendo bien la cara en las series en redondo de un Isiegas muy asentado. Pena fue que el de Valdefresno buscó terrenos de tablas y aunque Isiegas le presentó batalla los muletazos perdieron ligazón e intensidad, recuperadas cuando, al calor de las peñas, Jorge Isiegas le puso vibración en el tramo final de faena. Pero la espada y el descabello ¡ay! lo emborronó todo.
Serio por delante el tercero que con sus embestidas algo descompuestas no permitió lucimiento a Perera en los lances de recibo. En banderillas pareció estar lesionado en una mano y quedaba el interrogante de lo que podía suceder en la muleta. El toro quería pero apenas podía aunque el reconocido temple de Perera consiguió hilvanar redondos y naturales que quizás en otras manos hubieran sido quimera. Y -suele ocurrir- a este sí lo mató a la primera, pero no había opción de triunfo. El estruendo de las peñas diluyó los aplausos de reconocimiento a lo hecho.
Buen juego de brazos de Isiegas en las verónicas de inicio al cuarto, que tomó con fijeza una vara. Redondos con la muleta a media altura y buen son del toro, justo de fuerzas. Lo mismo cuando cambió de mano. Toro a más y, con él, la faena de un Isiegas recrecido, seguro , que cuajó un vibrante final toreando sin el estoque de ayuda. Manoletinas y cuando todo apuntaba a triunfo importante, dos pinchazos antes de la estocada lo dejó en una oreja. Que tampoco es baladí.
Cinqueño y de buena presencia el quinto que se empleó con fijeza en el caballo. Dos buenos pares de banderillas de Javier Ambel, brindis de Perera al público y suavidad en los redondos de inicio de faena, con largos pases de pecho. Por el pitó izquierdo el toro tomó el engaño con cierta humillación y Perera lo llevó largo, antes de un par de series de derechazos muy ligadas y otra al natural asentada y reunida, previa al arrimón haciendo girar al toro en torno a él. Estoconazo hasta la bola y, ahora sí, premio por partida doble que, de paso, reconocía toda su tarde. Por cierto, gran toro de Valdefresno, aplaudido en el arrastre.
El toro de la jota , serio y engatillado, recibió un puyazo de larga duración. y Chapurra, que hizo las veces de sobresaliente las dos tardes pudo, por fin, entrar a un quite, apenas una verónica y la media, que debieron saberle a gloria. Como el posterior brindis que le dedicó Isiegas, de torero a torero. Mando y torería en el inicio por bajo. También en la primera serie en redondo pero todo se fue diluyendo pues el toro acusó el castigo en varas. Isiegas, con la puerta grande entreabierta, insistió por uno y otro pitón, arrimón y desplante incluidos pero quedó claro que la espada- y el descabello- es , de momento, su cruz.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Calatayud, Zaragoza. Segunda de Feria. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Toros de Valdefresno.
Miguel Ángel Perera, ovación, palmas y dos orejas.
Jorge Isiegas, silencio, oreja y palmas.
