Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Guillermo García Pulido, que confirmaba su alternativa, hacían el paseíllo este viernes en la primera de la Feria de San Isidro. Se lidiaba un encierro con el hierro de Alcurrucén.
García Pulido intenta ligar limpio al interesante y exigente primero de Alcurrucén
Serio el primero de Alcurrucén, un toro que fue muy frío de salida, sin terminar de romper en las telas ni de García Pulido ni de sus hombres de plata; toro de embestida muy en la línea Núñez en estos primeros compases, que tuvo que recibir la segunda vara en el caballo que guardaba la puerta, recibiendo un tercer puyazo, y que no se lo puso fácil a los hombres de plata para parearlo. Tras la ceremonia de confirmación de alternativa con Morante de padrino y Urdiales de testigo, dejó dos buenas series por la derecha el toledano, cantadas por el tendido, bajándole la mano al toro y llegando arriba; cuando cogió la zurda, intentó también torear largo al de Alcurrucén, un toro noble pero exigente. Final de faena con un toque efectista, cambiándose por la espalda al animal, que tuvo mucho interés. Y por ajustadas bernadinas finalizó la obra García Pulido, al que despenó de estocada baja. Hubo petición no mayoritaria y fue ovacionado tras aviso.
Morante, a las puertas del tercer aviso con el segundo: pasa un quinario con la espada tras una destacada obra
De 580 kilos el segundo de Alcurrucén, “Rompeolas”, astado largo y bajo, muy en Núñez, frío de salida como su hermano anterior. En el tercio de varas, Aurelio Cruz cayó en la misma cara del toro en la primera de las puyas, dejando dolorido y magullado al piquero sevillano, que no pudo dar la segunda suerte, teniéndola que ejecutar el segundo picador de la cuadrilla de Morante, Pedro Iturralde. Por su propio pie pasó Aurelio Cruz a la enfermería, visiblemente dolorido. Joao Ferreira lidió al toro, que no terminaba de romper antes de la ceremonia de devolución de trastos de la confirmación de alternativa. Torero trincherazo en el inicio de faena de Morante, que se topó ante un toro que no terminaba ni de humillar ni de romper, hasta que lo sometió al natural, cruzándose José Antonio y llegándole al pitón contrario para sacarle las embestidas de mayor calidad de la obra al de Alcurrucén. Buena serie por la zurda del cigarrero. Y también por derechazos llegó con fuerza arriba en una obra que acabó diluyéndose con un toro más a su aire, sin terminar de humillar, y al que se tiró sin fe con la espada José Antonio. Hasta dos avisos sonaron, ya con el toro sin ayudarle a Morante, que terminó descabellando sobre la campana al animal. Silencio tras dos avisos.
Urdiales sella una obra de gobierno a la calidad de un tercero a menos y da una vuelta al ruedo
De 548 kilos era el tercero, primero del lote de Diego Urdiales, de nombre “Amoroso”, muy serio de estampa, astifino, pero bajo. Buen toreo a la verónica de Diego Urdiales, tanto en la media para dejar al astado en la primera vara, como en el quite. En la faena, Diego sometió y gobernó las embestidas del toro de Alcurrucén, al que dejó dos series por la derecha de calado arriba, trazando con pureza y sometiendo al toro de Núñez. Menos humillaba por la zurda el de la casa Lozano, con el que Urdiales tuvo que tragar en esos embroques por la izquierda para que el capítulo siguiese llegando al tendido. En la cuarta de las series, de nuevo al natural, dejó otros tres grandes naturales a base de toque firme y pausas necesarias. Ya se vino abajo el animal, y tras despenarlo de una estocada en lo alto, dio una justa vuelta al ruedo tras petición.
Un mágico inicio de faena de Morante se diluye con un cuarto que se apagó
“Tamborilero” el cuarto, un cuatreño colorado ojo de perdiz y lucero de 538 kilos, segundo del lote de Morante de la Puebla, al que paró Curro Javier con un toro que tampoco rompía de salida, haciendo honores a su encaste. Manseó el toro en el caballo, y luego lo sometió capote en mano Curro Javier de nuevo. Buenos pares de Joao Ferreira y Alberto Zayas, siendo ovacionados. Incierto el toro en el inicio de faena de Morante, que dejó un inicio de auténtica magia, con un trincherazo de enjundia, un ayudado por bajo de eterno trazo y un remate de prólogo de pleno garbo. Por la derecha le puso la muleta en la primera serie José Antonio, pero se vino soberanamente abajo el animal. Llevaba ya de hecho la espada de verdad Morante, y despenó al toro de una estocada baja. Pitos.
Urdiales pecha con un áspero, probón y complicado quinto
“Chalino”, negro listón, número 15, era el cinqueño quinto, segundo del lote de Diego Urdiales, con 543 kilos. Muy complicado en los primeros tercios, sin querer hierro con entrega. Y luego, muleta en mano, fue un animal probón, sin querer pasar, que medía… muy difícil. Hizo un esfuerzo Diego, pero era imposible estar a gusto frente a él y torear. Muy áspero el de Alcurrucén. Dejó una casi media estocada agarrada, siendo silenciado.
Otro manso sexto impide que Pulido destaque en su confirmación
Áspero también y complicado el sexto, largo y muy en el tipo de la casa, pero que ya en los primeros tercios mostró que iba a ser complejo. No tiró hacia adelante en su viaje ni en las varas, ni en el capote lidiador ni en el tercio de banderillas. Y aunque no tenía la malicia del toro anterior, fue un manso que no quiso nada; intentó ligar García Pulido desde el primer segundo de la obra, en la que intentó proponer en redondo, pero no hubo manera de transmitir. Fue silenciado tras despenarlo con el acero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Primera de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Alcurrucén. De gran calidad y fondo el primero; noble y humillador el segundo, de fuelle escaso; de calidad sin transmisión un tercero a menos; con la raza justa el vulgarón cuarto; manso de carretas el quinto;
Morante de la Puebla, silencio tras dos avisos y pitos.
Diego Urdiales, vuelta al ruedo y silencio.
Guillermo García Pulido, que confirmaba alternativa, ovación tras aviso y silencio.
CUADRILLAS: Fueron ovacionados Joao Ferreira y Alberto Zayas tras parear al cuarto.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO