José María Manzanares, Alejandro Talavante y Paco Ureña hacían el paseíllo, este domingo, en la corrida In Memoriam en recuerdo a Antoñete en Las Ventas. Se lidiaba un encierro de Jandilla.
Ovación al esfuerzo de Manzanares con el manso primero
Cinqueño, abierto de sienes y con cuajo fue el primero de Jandilla, que ya se quiso frenar en el saludo capotero de José María Manzanares, echando las manos por delante. En el primer encuentro con Paco María, cantó su condición de mansedumbre y buscó la querencia al sentir el hierro. Abanto se mostró el animal, que buscaba la salida rehuyendo la pelea. En banderillas, esperó una barbaridad, y Trujillo y Cebadera sufrieron de lo lindo para dejar los cuatro palos. Dictó el animal los terrenos en los primeros compases de la faena, buscando el amparo de las tablas y huyendo de la pelea, sorprendiendo a Manzanares en un resbalón sin mayores consecuencias. En el tercio del 4 y por el pitón derecho, optó el alicantino por dejarle la muleta en la cara y tirar de él, arriesgando, con toque fijador y muletazo poderoso. Y por allí pareció responder el de Jandilla, con arrancadas de manso mientras molestaba el viento. Le robó una serie muy meritoria al natural, junto a las tablas, y remató con una tanda de derechazos que caló en el tendido, que le agradeció el esfuerzo. Dejó una estocada baja y escuchó una ovación.
Talavante, silenciado con un segundo con el que no terminó de acoplarse
A porta gayola se fue Talavante con el segundo, en una declaración de intenciones en su última tarde de apuesta en Madrid. Andando e incierto salió el animal de chiqueros, obligando al extremeño a exponer en el primer lance. Después, dibujó un ramillete de verónicas a pies juntos que calaron arriba. Tras el paso por el caballo, se presentó Paco Ureña con un ajustado quite por gaoneras. En el inicio de faena, se dobló con el astado, genuflexo, acompañando la embestida del Jandilla, que tenía prontitud, tranco y ritmo. Lo vio más claro Talavante por el izquierdo y por allí se puso a torear a un burel que respondía con movilidad cuando el diestro le dejaba la muleta en el morrillo y tiraba de los trastos para ligar las series, con el viento arreciando. Volvió al derecho, pero tampoco terminó de romper el trasteo. Ya en los compases finales, buscaba el Jandilla las tablas, que terminó aburriéndose. Mató de estocada tras pinchazo.
Paco Ureña, silenciado con el deslucido tercero
Incierto de salida fue el tercero, un negro listón bien hecho con el hierro de Vegahermosa, que impidió el lucimiento en el saludo de capote de Paco Ureña. Aunque apretó en el peto de Cristian Romero, salió muy suelto de la suerte. Emotivo fue el brindis del murciano al cielo en recuerdo del maestro Antoñete, al que siguió una primera serie por bajo, en la que protestó el animal. Echaba la cara muy alta el de Vegahermosa en el final del muletazo en las tandas por el pitón derecho, soltando gañafones que deslucían la labor de un Paco Ureña que buscó la colocación y la corrección en todo momento, pero que no pudo pasar de ahí. Dejó una estocada contraria que fue suficiente.
Manzanares, sin opciones con el incierto cuarto tris de El Pilar
Protestado de salida fue el cuarto, un colorado de Jandilla que no entró por los ojos a la afición de Madrid y que fue devuelto por estar muy justo de fuerzas. En su lugar, saltó un sobrero (cuarto bis) de El Pilar altón, muy en el tipo de la casa ganadera, que apretó en los dos puyazos que recibió, pero que también regresó a los corrales por inválido. De El Pilar fue también el sobrero tris, muy alto y con mucho cuerpo, que fue protestado de salida por falta de cuajo y remate. Empujó con los riñones el astado salmantino en los dos puyazos de Óscar Bernal, que castigó con dureza al de El Pilar. Ya en banderillas, acusó su falta de fuerzas. Poderoso y torero fue el inicio de faena de Manzanares, que encontró en su oponente un animal muy incierto, con parones, y muy incómodo para estar delante. Lo muleteó el alicantino dejando ver sus carencias, y tragando ante la falta de fijeza del toro, que terminó acusando su falta de fuerzas en los muletazos de mayor exigencia por abajo. Enterró el acero tras dos pinchazos.
Talavante abrevia con el feble quinto de Jandilla
Bien hecho, con cuajo y expresión fue el quinto de Jandilla, que embistió en el capote de Talavante en el saludo. Después, empujó con los riñones y con la cara abajo en los dos buenos puyazos que le recetó Manuel Cid, que se marchó ovacionado por el respetable. Parecía tener clase el de Jandilla en el embroque, y se hizo el silencio en el coso venteño cuando Talavante montó la muleta para quedarse solo con el animal. Sin embargo, se estrelló el extremeño con el escaso fondo de un burel que perdía las manos cuando el pacense le exigía por abajo por el pitón izquierdo. Optó por la calle de en medio Talavante y decidió abreviar ante la condición deslucida de su oponente. Dejó media estocada en la segunda entrada.
La épica de Ureña corta la oreja del bravo sexto tras una fea cogida
Humilló en el capote de Paco Ureña el sexto de Jandilla, un colorado estrecho de sienes. Empujó en los dos puyazos de Juan Melgar, en los que se arrancó desde lejos con alegría. En banderillas, destacó la labor de Curro Vivas, que se marchó ovacionado. Embistió el colorado de Jandilla con prontitud, bravura y transmisión desde el inicio de la faena, aunque se metía por dentro por el derecho, y le costaba salir de los engaños. Ureña le dio distancia en el primer cite de cada serie para después tirar la moneda al aire en cada muletazo, quedándose en el sitio y haciendo alarde de un valor mayúsculo. El primer susto no tardó en llegar por el derecho con una fea voltereta sin aparentes consecuencias. Volvió Ureña al derecho y recibió una segunda voltereta, quedando absolutamente conmocionado en los medios. Pero ya en el callejón, cuando su cuadrilla lo llevaba camino de la enfermería, decidió volver a la cara del toro con más corazón que cabeza y muy mermado de facultades. Intentó torear por el izquierdo, pero la falta de movilidad y la enorme conmoción derivada de la voltereta se lo impidieron. Se marchó a por los aceros y se tiró recto como una vela para dejar un estoconazo arriba que inundó la plaza de pañuelos blancos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida In Memoriam. Lleno de «No hay localidades».
Toros de Jandilla y El Pilar (4º bis y 4º tris). Abanto, huidizo, manso de libro fue el primero; Tuvo prontitud, tranco y transmisión, aunque le faltaron finales al buen segundo; Deslucido fue el tercero, que echaba la cara arriba sin entregarse; Deslucido e incierto fue el sobrero tris de El Pilar; Le faltó fondo y duración al feble quinto, que tuvo clase en el inicio del muletazo; Bravo y con transmisión fue el sexto, que se metía por dentro por el pitón derecho.
José María Manzanares, ovación con saludos y silencio
Alejandro Talavante, Silencio tras aviso y pitos
Paco Ureña, silencio y oreja
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FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO