Álvaro Lorenzo, Amor Rodríguez, que confirmaba su alternativa, y Francisco de Manuel hacían este martes 15 de agosto, Día de la Paloma, el paseíllo en Las Ventas con una corrida de Fuente Ymbro.
Retazos de buen toreo de Amor Rodríguez a un noble y feble burraco primero bis de Alcurrucén
El primero tuvo ademanes de salir deslumbrado de chiqueros, con carreras en línea recta y desentendido, hasta que consiguió Amor meterlo en el percal para dejarle media docena de verónicas de mucho fuste y una media sobria y castellana. Protestado el toro al salir del penco, ya no se tenía en pie cuando intentó el quite a la verónica Amor Rodríguez. Pero cambió el tercio el presidente a pesar de todo, hasta que su parón en banderillas provocó la devolución.
En su lugar salió un sobrero de Alcurrucén que pareció de Osborne, por hechuras, peso y fenotipo. Y se aplaudió de salida. No llegó a la jurisdicción del matador hasta que lo puso al caballo, de corretón y mansurrón que fue de salida, y no mejoró en el penco. A su madre, fue el brindis tras la ceremonia de confirmación. Buscó mantenerlo en pie con la media altura, y ahí pareció aguantar, pero en cuanto le exigías un mínimo besaba la arena. Muy limpio venía el animal a zurdas hasta que lo violentaba, y entonces daba con sus huesos en el suelo. Tuvo toda la nobleza del mundo y ninguna transmisión par que el tendido comprendiese la obra que intentaba dibujar Amor. Lo mató a la segunda de estocada tendida.
El palco le manga a Lorenzo la oreja ganada con temple e inteligencia al segundo
Mejor hecho estaba el castaño segundo, que también tuvo más fijeza en las verónicas del saludo de Álvaro Lorenzo, pleno de suavidad. Más empleo tuvo también en el penco, aunque fuera solo con un pitón. Brilló Francisco de Manuel en un simple pero macizo quite de dos chicuelinas y una larga muy bien toreada. Inteligente estuvo Lorenzo en buscarle la distancia al animal, aprovechando la inercia en el inicio y templando mucho las pasadas hasta que se paró el de Fuente Ymbro y pidió que lo fueran a buscar. Y ahí fue donde brilló de verdad el toledano. Despacio, sin urgencias, dando pausa y aire, pero exigiendo entrega en el propio mimo, con la mano izquierda arrastrando de uno en uno, pero enormes. Hasta el inoportuno desarme. Más despacio era imposible. Por eso estuvo enorme el manchego con un toro que embestía andando. Soberbio fue el final de faena por ayudados hasta concluir con el toro colocado para la estocada que lo tiró sin puntilla. Y la oreja que se la quedó el presidente, robándole lo ganado al torero. Eso sí, la vuelta al ruedo no se la pudo sisar.
De Manuel se justifica con valor ante un cambiante tercero que se orientó enseguida
El tercero era un tío por donde lo mirases, pero embistió más humillado y con más entrega a medida que se fue templando con él Francisco de Manuel con el capote. Y después de dos grandes pares de banderillas de Juan Carlos Rey se puso De Manuel delante del toro, que se frenó de repente, como olvidando su comportamiento hasta ese momento. Orientado, mirando por dentro y buscando alamar cada vez que arrancaba, dejó a Francisco buscándole las vueltas y sin entender muy bien qué había cambiado. Le metió la mano con habilidad y se lo quitó de en medio sin más historia.
Lorenzo raya a gran altura con un deslucido y manso cuarto de Fuente Ymbro
El cuarto era -literalmente- el buey Apis: altiricón, manilargo, culialto y más largo que un día sin pan, con sus 630 kilos corriendo detrás del templado capote de Lorenzo hasta que empezó a dolerle la repetición. Y entonces se piró de baja y se acabó el tercio, porque estuvo más pendiente de los trapos que del caballo, donde se dejó pegar y cabeceó de mentira. Con mucho temple en los doblones genuflexión del inicio le intentó hacer creer Álvaro al animal que podría ganar la batalla, pero no se lo creyó. Por eso le cortó tanto después ordenar el caos temperamental que tenía el de Fuente Ymbro, puro genio y bravura escasa. Tuvo paciencia con él Lorenzo, le consintió en la distancia precisa y lo puso en ritmo para ligar; solo eso ya era toda una proeza. Siempre convencido Álvaro, se la echó y trazó como si fuera bueno, a pesar de que protestaba, reponía y cabeceaba como si fuera Sergio Ramos. Creció Lorenzo con este toro, pese a no servirle para el triunfo.
Amor Rodríguez se pone con dignidad con el informal quinto, que hirió a Raúl Mateos
Al castaño quinto, serio de verdad, pero muy bien hecho, le faltó ritmo para embestir en el capote de Amor Rodríguez, pero no voluntad de tomar la tela por abajo. De hecho se gustó, tras las dos varas, Fran de Manuel por delantales con el animal. En banderillas le echó mano a Raúl Mateos, que fue trasladado a la enfermería con una cornada en el gemelo. A la enfermería se fue Amor a brindar la lidia del animal, al que se fue con valor a mantener la refriega. Le ganó el paso, se la dejó en la cara y aguantó una pasada incierta poco dada a delatarse ante el tendido hasta que comenzó a reponer el castaño, con esas dos velas por delante. Sólo la defectuosa colocación de la espada se le puede reprochar a Amor, que confirmó con dignidad su alternativa, saludando otra ovación.
Un maduro De Manuel le corta la oreja por lo civil a un sexto que lo quiso por lo criminal
El sexto era una rata con dos pitones por delante y con muy mala baba en el capote De Francisco de Manuel, donde no tuvo dos embestidas iguales. Faltó orden en banderillas, y sólo Juan Carlos Rey mantuvo la compostura. Francisco se lo tomó con serenidad y le buscó las vueltas al de Gallardo, pero tenía pocas. Incluso se llevó un pitonazo en la cara a nada que se despistó. Y se encorajinó el torero, que le echó la muleta al natural de la forma más sutil para torear de verdad, hasta detrás de la cadera, a cómo diera lugar. Salió el De Manuel sereno, templado,seguro de lo que hace, exprimiendo a diestras las últimas embestidas aprovechables de un toro que no le daría mucho más. Pero aún tuvo tiempo de soplarle otra serie zurda, con una Padua entre muleta dos, desengañando a un animal que ya era suyo. Torerísimo el epílogo hasta el desplante, dueño de toro y tendido. La estocada voló certera y efectiva, y el pañuelo en el palco, que sí se hizo de rogar, salió.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida del Día de la Paloma. 5.937 espectadores.
Toros de Fuente Ymbro, devuelto por inválido el primero; noblón y con voluntad sin fuelle ni transmisión, el burraco primero bis de Alcurrucén; noble y enclavado el justito segundo; orientado y peligroso el díscolo tercero; deslucido y desentendido el feo y grandón cuarto; incierto e informal el serio castaño quinto; engordado y con movilidad el exigente sexto.
Álvaro Lorenzo, vuelta al ruedo y ovación.
Amor Rodríguez, que confirmaba alternativa, silencio y ovación.
Francisco de Manuel, silencio y oreja.
PARTE MÉDICO DEL SUBALTERNO RAÚL MATEOS, HERIDO AL BANDERILLEAR AL QUINTO DE LA TARDE
Herida por asta de toro en cara posterior 1/3 medio izq. con dos trayectorias, una descendente y hacia dentro de 20 cm. que alcanza cara interna de tobillo y otra lateral y descendente de 20 cm. que alcanza cara posterior de tibia rodeándola y que produce destrozos en ambos músculos gemelos y sóleo, contusionando artería tibial posterior y nervio CPE.
TCE leve en observación. Es intervenido bajo anestesia general en la Enfermería de la Plaza de Toros y es trasladado al hospital Fundación Jiménez Díaz.
Pronóstico: Grave. Firmado: Dr. Máximo García Padrós / Máximo García Leirado
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO