Arturo Gilio, Solalito y García Pulido hacían el paseíllo, este 9 de septiembre, en la cuarta de la Feria del Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra, en la que se lidiaba un encierro con el hierro de La Quinta.
Momentos templados por la derecha de Gilio, que da una vuelta ante un primero que embistió a ralentí
“Balconero”, astifino de cuerna, era el primero de la tarde, animal que mostró buenos sones en el capote y luego peleó sin mayor historia en el caballo de Antonio Rafael García. Templada fue la primera serie por la diestra de Arturo Gilio, que pudo saborear las ralentizadas embestidas del animal, las mismas que le entregó en la segunda serie por ese lado, que tuvo el mismo ritmo despacioso y acompasado. Noble el animal santacolomeño, al que se entregó el mexicano, y que tenía ese tranco a ralentí que busca este hierro. Tras despenarlo con el acero, dio una vuelta al ruedo tras petición.
El segundo de La Quinta exige el carné de novillero a Solalito, que resulta ovacionado tras lidiarlo
“Hablador”, número 32, era el segundo de la tarde, muy en el tipo, al que tras el recibo capotero de Solalito, quiso lucir en el caballo de Juan José Esquivel. Tres pares de máximo compromiso colocó Solalito, incluso en el primero de ellos le hizo hilo el novillo santacolomeño y a punto estuvo de cogerlo delante del burladero. Por fortuna se salvó. Al público fue el brindis del francés, que inició faena a un animal con peligro, que sabía lo que se dejaba atrás y al que había que imponerse. Animal muy complicado, que le hizo hilo en varias ocasiones y que se le coló también varias veces, y con el que estuvo enrazado el joen. Dejó un espadazo atravesado, siendo ovacionado.
García Pulido, voluntad con el nada humillador tercero
No terminaba de humillar el tercero, primero del lote de García Pulido, que echó la cara arriba y no embistió con verdad en el peto. Y esa misma condición mostró en la muleta del joven madrileño, que apenas tuvo opciones con un animal pasador sin más y con la cara altísima. Puso voluntad García Pulido y luego le metió la mano con el acero con habilidad. Silencio.
La solvencia de Gilio gobierna la media altura del cuarto y le pasea una oreja
No rompió en el caballo el cuarto, con el que dejó una buena lidia Juan José Domínguez en la que tampoco bajó la cara como su hermano anterior. Y se sobrepuso Arturo Gilio a ese defecto, ya que el animal salía desentendido del embroque y con la cara por las nubes, para estructurar por la mano diestra la obra, estando firme y conectando con el animal. Las series, basadas prácticamente todas en ese lado, fueron sacando el valor que el azteca posee para seguir ligando y gobernando el tranco del animal, que nunca humilló. Tras una estocada efectiva, paseó una oreja.
Solalito, cogido de forma espeluznante por el quinto, con el que deja una faena de raza
Muy buena expresión pero de menor presencia era el quinto, al que trató muy bien en la lidia Juan Sierra y que dejó un lucido tercio de banderillas Solalito a pesar de las dificultades que le puso un animal que le apretó. Buenos detalles en el inicio de faena de Solalito, en el que comenzó a quedarse muy corto el de La Quinta. Espeluznante fue la voltereta que le dio en el ecuador de la faena, metiéndole el pitón por la taleguilla y también por la zona del vientre; henchido de raza, siguió con la faena de forma serena el joven.
Pitos para García Pulido en el sexto
El sexto, novillo de la jota, fue un animal que se llevó un exagerado tercio de varas y eso condicionó al animal; en la primera de las puyas, derribó al piquero, que fue pitado a su salida del ruedo de Villaseca. También escuchó pitos el joven, que no tuvo su tarde en la obra a este animal.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Villaseca de la Sagra. Cuarta del Alfarero de Oro. Novillada con caballos. Más de tres cuartos de entrada.
Novillos de La Quinta.
Arturo Gilio, vuelta al ruedo y oreja.
Solalito, ovación y silencio.
García Pulido, silencio y pitos.
FOTOGALERÍA: EUSEBIO SÁNCHEZ