El Juli, Luis Bolívar y Tomás Rufo cerraban, este domingo, la Feria de Manizales con un nuevo lleno en los tendidos de la ciudad colombiana y un encierro de Herederos de Ernesto Gutiérrez como materia prima ganadera.
El Juli abre la tarde indultando a ‘Profesor’ de Ernesto Gutiérrez
La tarde empezó de la mejor manera posible, el Juli indultaba a un importante toro de Gutierrez tras una faena de sumo temple. Un toro al que no le sobró la raza pero al que el torero madrileño lo toreó de forma impecable desde el inicio. Ya en el quite por ‘faroles’ empezó a meterse al respetable en el bolsillo. Faena que comenzó por alto para no obligar en exceso al animal, el cual fue agarrando fondo conforme avanzó el trasteo. Toro de gran calidad al que el de Velilla toreó siempre con las yemas en muletazos de gran cadencia. Como gran conocedor de esta ganadería fue sobando poco a poco al astado, jugando con alturas y distancias. Inteligentemente fue apretándolo conforme lo iba pidiendo el animal. Faena que tuvo dos partes, una primera más a media altura y llevando al toro a su aire y una segunda en la que si le apretó de verdad por abajo. Tandas largas de seis y siete muletazos, siempre por la vía de la suavidad y el empaque. Faena larga en la que toro y torero se unieron para regalarle a Manizales una obra de cante grande.
Ovacionado Bolívar con el rajado segundo
No recordaba este segundo al tipo de toro que suele lidiar el ganadero en las plazas colombianas. Un toro más bajo que su hermano y un punto más serio. Un animal muy suelto desde salida, ejemplar que nunca acabó de entregarse, saliendo distraído de los muletazos. Le costó centrar al animal con el capote, pero ya en la muleta le realizó una faena inteligente. Se lo llevó al tercio para allí torearlo a media altura, sin apretarle. Faena en la que primó la paciencia, el conocimiento de los terrenos y la templanza. Las series más rotundas vinieron en las postrimerías, ahí si le pudo apretar y dejar dos tandas interesantes. Pero el animal se rajó y empezó a defenderse. Tras pinchazo y estocada fue ovacionado.
La porfía de Rufo y un estoconazo de libro le valen la oreja del tercero de la tarde
El tercero fue un animal muy tardeo al que le costaba muchísimo entrar a los cites, de ahñi que los muletazos fuera de uno en uno por la no repetición del astado. Dejó un quite de gran suavidad el toledano por delantales, para más tarde dejar una faena en la que no le encontró el sitio idóneo al animal. Un toro que no quería cercanías, y que en la media distancia la tomaba protestando. Un astado con aristas, el cual pedía mando y pulso. Lo mejor del trasteo vino en dos tandas más hacia los medios, ahí si le cogió mejor el aire y pudo correrle la mano con temple. Pero fue un espejismo, cuando la faena tomaba vuelo el toro se partió la mano derecha, obligando a Rufo a entrar a matar. Antes había dejado unas luquesinas muy ajustadas que calaron en el respetable. Tras una gran estocada paseó una oreja.
Oreja al toreo al ralentí de El Juli con el enclasado cuarto
El cuarto de la tarde fue un animal sosito y con poca viuda pero que terminó sometido a la autoridad de El Juli, el cual le recetó la misma medicina que al primero de su lote. Sitio, distancia, pausas, suavidad…, todo para ir acrecentando las virtudes del toro. Lo fue afianzando poco a poco, para más tarde apretarle en las series finales. Las primeras series fueron cortas, a media altura y siempre en linea, para luego ir estirando más el viaje del toro, atacándole y exigiéndole un poco más, aunque en una versión un poco más vertical que en su primero. Bordó el toreo al natural en series al ralentí. El animal acabó entregado a la voluntad del torero. Tras estocada y descabello paseó una oreja.
Dos orejas para Bolívar de un ‘Colegial’ de vuelta al ruedo
El quinto fue un toro que nunca humilló, muy en tipo de la casa en cuanto a hechuras, pero que sin embargo tuvo la virtud de la fijeza, la movilidad y la bondad. Estuvo inteligente Bolivar, viendo la condición del animal optó por no apretarle y llevarlo a su altura. A base de consentirlo y darle las ventajas fue encelando en los trastos a un animal que ya de por sí se venía de lejos con alegría. Le puso Bolívar aquello que la faltaba al toro, esa sosería con la que embestía necesitaba de la fibra del torero. Muletazos de rodillas, pases de las flores…, pero también con un toreo muy intenso por ambas manos. Entendió perfectamente lo que pedía el toro para acabar cuajándolo. Nunca intentó llevar al toro por donde no quería, es decir, siempre toreó a favor del astado. Lo empapó de muleta, llevándolo muy dominado siempre. Acalló cualquier petición de indulto con un estoconazó que tiró al animal sin puntilla. Dos orejas rotundas las que paseó entre el jubilo del respetable y vuelta al ruedo excesiva de un animal con virtudes pero al que se inventó el cafetero.
Silencio para Tomás Rufo con el garbanzo negro de la corrida
El que cerró plaza fue el animal de peor condición del festejo. Un animal distraído, sin recorrido que no dejó a Rufo realizar la faena que tenia soñada. Porfió el joven espada en una faena con altibajos. Una labor que nunca pudo calar en el respetable por la anodina y desrazada embestida del toro. Fueron de uno en uno los muletazos, ya que el toro lo descolocaba, teniendo que volver a iniciar la serie. Un querer y no poder por la pésima condición del toro. Lo mejor vino en su torreo a la verónica. Lo mató de un espadazo, sonó un aviso, siendo finalmente silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Manizales, Colombia. Última de Feria. Corrida de toros. Algo más de tres cuartos de plaza en tarde agradable.
Toros de Herederos de Ernesto Gutiérrez. De gran clase y humillación el importante primero de nombre ‘Profesor’, indultado; Pasador a media altura el rajado segundo; de descompuesta embestida el medido de raza tercero; con humillación y entrega el enclasado y a más cuarto; de buen ritmo y temple a media altura el interesante cuarto de nombre ‘Colegial’ premiado con la vuelta al ruedo; sin raza el geniudo sexto.
Julián López El Juli (Obispo y oro): Dos orejas simbólicas y oreja
Luis Bolívar (Verde botella y oro): Ovación y dos orejas
Tomás Rufo (Verde hoja y oro): Oreja y silencio tras aviso
INCIDENCIAS: El público obligó a saludar a la terna tras romper el paseillo.
FOTOGALERÍA: DIEGO ALAÍS