En la tradicional corrida en honor de la Virgen de la Peña, patrona de Calatayud, el coso de Margarita vivió un momento de gran intensidad con el indulto de «Infortunado» bravo toro de Fuente Ymbro que , contradiciendo su nombre, tuvo la suerte de encontrarse con un Manuel Escribano pletórico (pese a sus problemas físicos). El resto del festejo mantuvo el interés y tanto El Fandi como Leo Valadez (este a un toro de Salvador Domecq) dentro de un conjunto de Fuente Ymbro de buena presentación en el que también destacó el primero del torero de Gerena.
Queda dicho que el apoteósis llegó en el quinto, al que Escribano saludó con una larga en el tercio ( tal cual hizo en su primero) y que en el caballo empujó cob fijeza.
En banderillas se llevó por delante al torero en un par al quiebro y al violín, que se incorporó visiblemente dolorido.
Pero fue tomar la muleta y transmutarse. Se dobló por bajo Manuel en un poderoso inicio y responder el toro con una entrega que fue a más durante una faena que se prolongó hasta que el usía asomó el pañuelo naranja, indulto pedido con un clamor creciente.
Escribano toreó con tanta autoridad como relajo y el de Fuente Ymbro respondió al envite con humilladas embestidas. Hubo muletazos largos, templadísimos, por los dos pitones, así como pases de pecho de pitón a rabo.
Embestidas profundas y siempre gobernadas por el pulso firme de Escribano mientras en los tendidos a las primeras voces pidiendo el indulto se fueron sumando cada vez más mientras el que debía ser el matador de » Infortunado» se recreaba en el toreo con la izquierda a pies juntos. Cuando al fin el usía sacó el pañuelo naranja ( el Reglamento de Aragón prohibe el indulto en plazas de tercera) el coso fue un clamor y el rostro de Manuel Escribano la imagen de la felicidad. Siendo así ¿para qué ponernos tiquismiquis?
Hubo más. Por ejemplo, el primero del propio Escribano, de templadas embestidas como templanza hubo en la muleta del torero. Pena fue la espada que cayó baja.
El hidrocálido Leo Valadez, que se presentaba en el coso bilbilitano, está cumpliendo una temporada de regularidad en los triunfos, plazas y ferias de primera. Y en Calatayud dejó constancia de su buen hacer, en el que brilla su variedad capotera y capacidad muleta en mano. Su primero, un remiendo de Salvador Domecq, careció de fuerza y Valadez tiró de las embestidas con buen pulso hasta que no tuvo otra que pisar terrenos de cercanías cuando el toro se paró. Con la espada, un cañón
En el que cerraba plaza, otro Fuente Ymbro de interés, Leo Valadez dibujó buenos muletazos por los dos pitones pero esta vez la espada se atascó.
El Fandi, que como sus compañeros de terna, arrastra problemas físicos, hizo una faena de las suyas al que abría plaza, con muletazos de todas las marcas, unos mejor que otros, y como mató a la primera, paseó una oreja. El cuarto resultó deslucido.
En terna de matadores banderilleros estos compartieron tercio en los tres primeros toros y ya en solitario en los por otros tres, con sobados recursos y suerte desigual.
Para suerte la de «Infortunado» que – a expensas de lo que decida el ganadero- salvó su vida en el ruedo, premio a su bravura.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Calatayud, Zaragoza. Corrida de toros. Media plaza.
Toros de Fuente Ymbro y uno el tercero de Salvador Domecq. Indultado el 5 número 230, Infortunadamente
El Fandi, oreja y silencio
Manuel Escribano silencio y dos orejas y rabo simbolicos
Leo Valadez, oreja y ovación con saludos