MADRID

Leo Valadez se crece ante la épica de Adrián de Torres


lunes 22 mayo, 2023

El mexicano da un paso adelante en su evolución, más centrado, pausado e inteligente, cobró una oreja justa del buen tercero, mientras que Adrián de Torres se apostó la vida. Juan Leal expuso sin premio ante una corrida muy seria y variada de Fuente Ymbro.

Leo Valadez
Leo Valadez.

Las fotos y los vídeos que circulaban antes del festejo ya anunciaban el corridón de toros que aguardaba en chiqueros a la hora del paseíllo. Seis pavos que se convertirían en la prueba del algodón para tres toreros que salían a apostarse el todo por el todo para meter la cabeza en la temporada. Cada uno con sus armas, cada uno con sus circunstancias.

Al menos la lluvia previa hizo que el viento diera una tregua temporal, pero cuando no es una cosa es la otra. A Adrián de Torres se le abrió la puerta de San Isidro por la vía de la sustitución de El Fandi. Era el premio por haberse batido en combate cuerpo a cuerpo con una bestia de Cuadri el Domingo de Ramos. Y lo que menos esperaba el jienense es que tuviese que renovar los mismos votos en la feria. Todavía no se había terminado de sentar el gentío cuando Adrián ya volaba aparatosamente por los aires al intentar un quite por chicuelinas. Si el pitón no le caló es porque el capote le sirvió de peto. Ya lo anunciaba el toro en su salida, pero Curro Javier con una lidia sublime le hizo parecer hasta bueno. Por eso De Torres se plantó incólume en los estatuarios, confiado en que el toro pasaría como lo hizo con Curro. Pero cada embestida era una moneda al aire, con ese pitón derecho rebañándole las tibias una vez sí y a la otra también. Ya lo supo Adrián, que consciente del peligro, se puso delante del tren una y otra vez, intentando robar muletazos que se convertían en ganchos al mentón. Por el izquierdo los puntos los ganó el torero, templando esos buenos inicios y buscando el celo a partir del embroque, abandonado, muy expuesto. Tanto que, tras otro volteretón de miedo, tuvo que renunciar a las manoletinas del cierre porque el público no aguantaba más tensión y se lo hizo saber. Se dejó llegar Adrián el toro en la estocada y su gesta hizo brotar los pañuelos. Su premio fue recibir el respeto de Madrid en la vuelta al ruedo y, sobre todo, poder contar otra batalla ganada. Tras pasar por la enfermería, se justificó nuevamente ante el deslucido cuarto, con entregada firmeza y actitud encomiable, aunque alargó sin necesitad.

Pensó Juan Leal que, si de valor estoico se trataba, a él no le iban a ganar la partida. Es lo suyo y por ello apostó. Buscó la emoción con el viejuno segundo y con el quinto, que ofreció mejor juego, aunque se vino a menos. Los inicios de rodillas, la quieta cercanía y el muslo ofrecido en cada embestida no dejó espacio a la muleta templada y mandona, que cabía con más y mejor sentido en el quinto. Pero el francés optó por buscar el “Uy” antes que el “Olé”, sin que ese último resultara sencillo de cosechar, y se quedó en tierra de nadie. En un esfuerzo sin eco ni reconocimiento. Ni siquiera tras esa estocada a matar o morir ante el quinto, de la que salió feamente rebotado.

Otra apuesta hizo el mexicano Leo Valadez, que el pasado año se ganó su nueva inclusión isidril con más voluntad que toreo y vino a Las Ventas a mostrar su evolución. Participó en todos los quites que le correspondieron con inteligente variedad y cuando vio la oportunidad de torear con profundidad y temple, se centró con madurez. Fue en el tercero, un toro que se deslizó con calidad y poder en el capote de Valadez que, entre verónicas, cordobinas y revoleras firmó un vistoso y entonado saludo. Explosivo fue el quite por crinolinas. Y con la muleta, el mexicano le arrastró los derechazos en una serie buena de verdad, enganchando el de pecho con un toque oportuno. Preciso Leo. Al natural, la vencida embestida del buen fuenteymbro exigió más y bajó el tono. Tampoco sumó cuando, en medio de dos series de derechazos que iban a más, se giraba para cambiar la embestida buscando una variedad innecesaria, cuando la plaza ya era suya en lo fundamental. Así se lo demostró en esa última tanda, cuando roncó el “Olé” por la profundidad templada del mexicano. Y emocionó con las manoletinas de rodillas y ese desgarrado pase de pecho final, antes de cambiar el espadazo por la voltereta y una oreja de ley.

Y el gran tercio de varas protagonizado por Alberto Sandoval con el sexto, al que Valadez le ajustó las zapopinas del quite, pareció empezar a correr del cerrojo de una probable puerta grande. Por eso al tomar la muleta el mexicano Las Ventas entró en ese silencio expectante y respetuoso. Sin embargo, el violento porrazo que sufrió el toro contra los tableros al seguir en banderillas le afligió de más y, por mucho que Leo lo intentó, la posibilidad de triunfo se fue por el mismo sumidero por el que se le escapó la raza el fondo al toro.

FICHA DEL FESTEJO

Domingo 21 de mayo. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Undécima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.

Seis oros de Fuente Ymbro. Cinqueños los 1º, 2º (este con casi 6 años), 3º y 6º, todos de pareja y muy seria presencia. El primero sacó peligro, queriéndose colar por el derecho y desentendido después del embroque por el izquierdo; se empleó bien en el caballo el segundo, pero buscó con peligro debajo de la muleta hasta que se paró; de buen pitón derecho el humillador tercero; parado y complicado el cuarto; de buena condición, pero a menos el deslucido quinto; y con calidad, pero desfondado y afligido el sexto tras un golpe en el tercio de banderillas.

Adrián de Torres (palo de rosa y oro), que sustituyó a El Fandi: Vuelta tras aviso y silencio tras aviso.

Juan Leal (azul pavo y oro): Silencio y palmas tras aviso.

Leo Valadez (verde billar y oro): Oreja y palmas.

Incidencias: A la muerte del primer toro, Adrián de Torres fue atendido en la enfermería de un traumatismo en la rodilla izquierda que no le impidió continuar la lidia. Saludaron sendas ovaciones Marco Leal, en el segundo, y Curro Javier, en el cuarto, tras dos brillantes tercios de banderillas, al igual que José Antonio Prestel, que también se desmonteró. También Alberto Sandoval por el excelente tercio de varas al sexto. Excelente brega de Rafael González al sexto.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

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