Así que pasen los años la infamia sigue siendo la misma, el tiempo no la cura sino que la agranda.
El 28 de julio de 2010 el Parlament prohibía las corridas de toros ( no los correbous) en Catalunya auspiciando legalmente la ILP antitaurina promovida por la Plataforma Prou! ( Anselmi, Aida Gascón, Pilar Rahola, Jesús Mosterín…), con una moratoria de un año, temporada vivida entre la indignación por la afrenta y la emoción de las despedidas, desbordadas ambas en las dos ultimas corridas en La Monumental, en La Mercè, los toreros a hombros por las calles de la Barcelona en fiestas y un grito que nadie quiso escuchar: ¡Libertad!
Cerrada La Monumental al toreo, Luis María Gibert, al frente de la Federación Taurina de Catalunya, se puso el mundo por montera y promovió una recogida de firmas para revertir la situación, no sin trabas e incluso rechifla de muchos que no solo no apoyaron la causa sino que la boicotearon.
Un empeño quijotesco que reunió medio millón de firmantes y que llevado al Congreso fue el germen de la vigente declaración de la Fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial y la posterior sentencia del TC que derogaba la prohibición taurina catalana.
De la infamia política de la prohibición al oprobio que supone que dicha sentencia ¡de 2016 no haya servido para reabrir La Monumental al toreo, con quien tiene la llave para hacerlo, Balañá, anclado en un » de momento, no» que es una burla y el » no sabe, no contesta» del llamado sector.
Y en esas estamos mientras los ataques y prohibiciones a la tauromaquia se extienden por todo el cada vez más empequeñecido Planeta de los toros y que en España, se ha convertido en objetivo político de quienes desde una inane arrogancia intelectual y un izquierdismo de tres al cuarto hacen de la tauromaquia la esencia de todos los males. Que sea el adalid de la causa el Ministro que debería velar- atendiendo a la Ley- por su protección y difusión no deja de ser un sarcasmo con visos de prevaricación.
Aquel 28 de julio de 2010, la afición catalana, de la que Rafael El Gallo, en un encuentro casual con Santiago Rusiñol, dijo: » Si no fuera andaluz de nacimiento me hubiera gustado nacer en Cataluña, la tierra que más exalta a los hombres que…y una afición que en Barcelona, incluso en días de trabajo, llena sus plazas de toros», le arrebataron una parte esencial de su vida, traicionaron la Historia y se ciscaron en la libertad.
Habrá que seguir en el empeño por recobrar la libertad arrebatada. La causa lo vale.